Arraya de Oca, contra el parque eólico y la tala del monte

I.P.
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Los vecinos piden al Ayuntamiento que se revoquen ambos proyectos. El alcalde niega que los molinos vayan a ir en Monte Olmillos

Modelo de cartel que se prepara para mostrar el rechazo y colgarlos en Arraya.

Los vecinos de Arraya de Oca están en pie de guerra contra la instalación de un parque eólico en su término municipal, un proyecto que está en una fase incipiente, como asegura el alcalde, pero que los residentes no quieren que avance más, por eso han decidido cuanto antes levantar la voz contra los molinos. Además, los habituales en la localidad denuncian la intención del Consistorio de talar el monte privativo conocido como Olmillos con el objetivo, explican, de poder colocar en él algunos de los aerogeneradores.

Las primeras movilizaciones ya se han producido y de hecho, hace dos semanas registraron un escrito en el Ayuntamiento, rubricado por 25 vecinos -hay censados unos 50, pero los firmantes serían los que residen a diario-, pidiendo la revocación de ambos proyectos, y ayer mismo aprovechando la celebración de un pleno y la presencia de la secretaria, registraron otro más. Además, el lunes mantuvieron una reunión en la que acordaron la realización de carteles contra la instalación del parque, que colocarán en las casas y otros espacios públicos, y la recogida de firmas en el mismo sentido, teniendo en cuenta que son muchos más que los censados los que se pueden ver afectados por el eólico, como los ‘hijos’ del pueblo que residen fuera pero tienen su segunda vivienda.

En su escrito, piden que el Ayuntamiento dé marcha atrás en la construcción de un «megaparque», y en la tala y venta de leña del robledal autóctono Monte Olmillos «que no sea para uso y consumo local de los vecinos y hogares abiertos». Además, los firmantes exigen transparencia por parte del Consistorio en lo que respecta a ambos temas, y participación y consentimiento previo e informado en la toma de decisiones en unos temas «con impacto en el entorno natural y la vida de nuestro pueblo». Igualmente, acusan a la Corporación -integrada por dos concejales del PSOE y uno del PP- de falta de sensibilidad «con los asuntos relativos al patrimonio paisajístico. a la economía y al medio rural». Y si molestos están con el posible acuerdo firmado con la multinacional ABO Wind para la instalación del eólico, no menos es el rechazo a la posibilidad de que se quiera talar el monte para poder instalar los molinos en ese terreno, que además, dice maría Asunción Velasco, la anterior alcaldesa, tienen una altura mayor «que la Catedral de Burgos», lo que provocaría un gran impacto en el pueblo.

Además, los vecinos explican que si el alcalde quiere sacar dinero para terminar de arreglar la iglesia, habrá que buscar otras fórmulas y no hipotecar el pueblo con un parque eólico o con la pérdida de uno de sus dos montes, en el que los vecinos, además, tienen suertes. Por otra parte, inciden en que la actuación en el monte iría en perjuicio del proyecto cinegético local, porque Arraya perdería la caza y podría quedarse sin el coto, de donde proceden la mayor parte del presupuesto municipal.

El alcalde niega la tala. Por su parte, Joaquín Miravalles, el regidor, asegura que los proyectos en marcha se hacen con la intención de ayudar al desarrollo local y niega que se vaya a talar el monte para instalar los molinos. Explica, como también lo ha hecho en un escrito de contestación a los vecinos firmado por los 3 ediles, que el parque previsto en el pueblo contaría con 5 aerogeneradores ubicados en las fincas agrícolas más próximas a Monte Mayor.

Miravalles recuerda que el parque está en una fase inicial, y que el proyecto afecta también a Quintanilla del Monte, Villaescusa de Sombría, Barrios de Colina, Piedrahíta de Juarros, Villaescusa la Solana y Cerratón, con otros 25 molinos. Todos los ayuntamientos, excepto Cerratón, han firmado un acuerdo de colaboración con la empresa, insiste el alcalde, que añade que si Arraya va a estar rodeada de molinos, se considera más conveniente instalarlos también en su término y con ello obtener beneficio económico, priorizando, dice, su instalación en parcelas municipales. Rechaza el término ‘megaparque’ e insta a los vecinos a dirigirse a la Junta o al Ministerio para la Transición Ecológica para realizar sus alegaciones.

Por otra parte, niega la tala del monte y explica que lo que el Ayuntamiento ha hecho es firmar un acuerdo con una empresa para que proporcione leña para calentar la taberna, sin coste económico para el Ayuntamiento, y retribuyéndole el trabajo con madera del monte Olmillos contando, añade, con la autorización y control del responsable de Medio Ambiente.