Cuarta vez que exigen a Burgos insonorizar la estación de bus

C.M. / Burgos
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Advierte a la ciudad de que en caso de que persista la «pasividad» incurrirá en un supuesto de responsabilidad patrimonial. Los vecinos se quejan del ruido

El anuncio de las llegadas y salidas por altavoz molesta a los vecinos, así como el pitido cuando hacen maniobras. - Foto: Iván López

El Procurador del Común, la institución que defiende los intereses de los ciudadanos ante las administraciones públicas, ha reclamado al Ayuntamiento de Burgos que ponga en marcha medidas correctoras para frenar las molestias de ruidos que causa la estación de autobuses a los vecinos de la calle Aranda de Duero. Es la cuarta vez que hace el requerimiento y advierte de que, en el caso de que persista la «pasividad», la ciudad podría incurrir en un supuesto de responsabilidad patrimonial de conformidad a lo que establece la jurisprudencia del Tribunal Supremo.

Los residentes en el número 1 se quejan del ruido que realizan los autocares con sus pitidos cuando dar marcha atrás a cualquier hora del día, pero especialmente por las noches. Trasladaron el problema al Ayuntamiento desde comienzos de 2021 y, ante la falta de respuesta, decidieron acudir al Procurador del Común, institución que requirió informes al Ayuntamiento hasta en tres ocasiones sin respuesta, lo que supuso su inclusión de la administración local en el registro de entidades no colaboradoras. 

La institución local atiende finalmente los requerimientos y en agosto de 2023 se llevan a cabo las mediciones. Ante la falta de respuesta, en febrero de 2024 los vecinos comunican al Procurador que no se ha adoptado ninguna medida e inicia de nuevo actuaciones. 

Finalmente, tras reactivarse una nueva reclamación, el Ayuntamiento decidió aceptar las recomendaciones y un técnico municipal acudió a la vivienda de uno de los denunciantes en agosto para realizar una medición, que concluyó que los niveles sonoros incumplen la Ley del Ruido de Castilla y León. La medición se llevó a cabo en el interior de uno de los pisos en agosto del año pasado y el técnico comprobó el ruido producido cuando están estacionados los autobuses con el motor en marcha o se encontraban realizando una maniobra de marcha atrás que emite un pitido. Por el contrario, no se midió el sonido de los vehículos cuando salen de la estación por considerarse ruido de tráfico.

El sonómetro se colocó en el exterior del salón de la vivienda a medio metro de la fachada y se comprobó que cuando no hay actividad en la estación el ruido se sitúa en 55 decibelios, pero si la hay se llega a los 62 o 65. De este modo, como la calle Aranda de Duero está en una norma zona de uso residencial, los límites no deben superar los 55 decibelios por el día y los 45 por la noche (22 a 8 horas). Tras el informe, el área de Medio Ambiente concluyó que deben llevarse a cabo actuaciones en la estación para reducir el ruido exterior.

El tiempo ha pasado y el Ayuntamiento no ha puesto en marcha ninguna actuación, de modo que el Procurador del Común vuelve a insistir. Hace meses se anunció la reserva de 92.000 euros para instalar paneles digitales en las 23 dársenas, pero no se han colocado. Esto no resuelve el problema del pitido de las maniobras de los buses.