Carolina Blasco ha presentado esta mañana su renuncia al acta de concejala del Ayuntamiento de Burgos y a la portavocía del PP, aunque deberá seguir como concejala no adscrita hasta que el Pleno de abril formalice su petición. Esta situación se produce después de que el Partido Popular la haya expulsado del Grupo Municipal Popular, dejándola en tierra de nadie.
En este sentido, lamentó que la formación no haya consensuado con ella su sustitución en las comisiones. "Es una situación complicada, innecesaria. Las cosas se podían hacer de forma razonoble, creo que lo merecía, dado que he estado mucho tiempo trabajando solo y exclusivamente para el PP".
En este escenario, al pasar a ser no adscrita, tiene la obligación y el derecho a acudir a las comisiones, aunque no a los consejos de administración hasta que su renuncia se formalice en el Pleno. También seguirá siendo consejera de Aguas hasta que la asamblea decida nombrar a otro consejero y también podrá convocar al Distrito Sur, del que es presidenta. "No tengo interés en entrar una guerra con los que han sido mis compañeros hasta ahora. Ni siquiera he recibido una llamada del presidente del PP, Borja Suárez".
Finalmente, ha asegurado que lo que toca ahora es tener un objetivo común que es "demostrar a la ciudad que el gobierno de Daniel de la Rosa no es bueno para Burgos, dado que es un gobierno paralizante".