Nada explica mejor la realidad -la vida- que la literatura. Ahí tienen Patria, la extraordinaria novela de Fernando Aramburu: si alguien quiere saber qué supuso el terror de ETA durante medio siglo puede prescindir de sesudos análisis, de ensayos, de retrospectivas. Con la lectura de Patria basta y sobra. Lo sabe bien el escritor burgalés José Luis Martín Nogales, que acaba de dar a la estampa Un mundo mejor donde vivir (Editorial Menoscuarto), novela en la que, emulando a Truman Capote en A sangre fría, se zambulle en los sucesos del 11-M. «He tratado de responder a varias preguntas: ¿qué pasó realmente? ¿cómo pudo ocurrir aquello? ¿cuál es la raíz del mal? Me estudié los 1.460 folios del sumario del juez Del Olmo, el auto de instrucción, las distintas sentencias, cómo se prepararon los atentados y cómo fue la investigación de la policía, libros, artículos... Hubo mucho ruido entonces, mucha bulla. Me pareció que, veinte años después, se podía dar respuesta a muchas cuestiones con serenidad y contra el olvido. El olvido no debe ser permitido. Es una novela sobre un atentado real a través de la historia de tres personajes, cuyas vidas se entrelazan».
Intriga, pasión, suspense... Un mundo mejor donde vivir es un thriller que no da tregua, sostenido por el brillante y siempre tenso pulso narrativo de su autor. No hay nada tendencioso ni sectario ni prejuicioso en la novela. «Es el lector el que tiene la respuesta a todas las preguntas que se plantean. Pero hay una cosa importante: esta novela se aleja del sensacionalismo, del tremendismo, del amarillismo. Alterna el relato de los hechos que sucedieron en torno al atentado con el interrogatorio de un testigo protegido, que se había jugado la vida para proteger a una mujer».
Detrás de cada vida en aquel terrible episodio de la reciente historia de España hay una tragedia, pero en la novela hay más: «He buscado un contrapunto; el de esas personas, que, en medio de la tragedia, sacan lo mejor que tienen de sí mismos. Eso nos devuelve la esperanza en el ser humano. Porque en medio de toda tragedia siempre hay esperanza. Este mensaje está en el libro, desde el propio título: siempre hay un mundo mejor donde vivir. Espero que esta novela dé a los lectores sentido sobre lo que ocurrió en torno al 11-M», apostilla el también autor de La mujer que amaba a las abejas.
Intrahistoria. Ibrahim llega a Madrid de noche y se instala en el barrio de San Blas, intentando pasar desapercibido. Nació en Tánger. Son tiempos difíciles y tiene que buscarse la vida. En torno a él hay una red de tráfico ilegal y de conspiraciones. Roxana nació en un pueblo de Rumanía, al pie de la montaña. Siempre quiso saber cómo era la vida al otro lado y un día se montó en un autobús con la promesa de un trabajo en España. Es joven y es hermosa. Vive en Madrid. Pero el trabajo que le ofrecieron era un engaño. Jamal nació en Tetuán y entró ilegalmente en España. Se dedica al tráfico de drogas. Tiene contactos para conseguir dinamita y tiene una misión que cumplir. Los traficantes lo conocen como el Chino y tiene una cicatriz en el labio superior. El jueves 11 de marzo de 2004 estallaron unas bombas en el interior de uno de los vagones de tren que entraba en la estación de Atocha. Los personajes de esta novela saben que con demasiada frecuencia se rompe algo en nuestras vidas, porque vivimos en un mundo cuyo control hace tiempo que se nos ha escapado de las manos.