El último Consejo de Gobierno de la Universidad de Burgos bajo el mandato de Manuel Pérez Mateos terminó con aplausos tras cuatro años de reuniones, pero no por ello estuvo exento de polémica. Esta vino de la mano de uno de los puntos del orden del día, el referido a una mejora de los salarios para 72 trabajadores del Personal Técnico, de Gestión y de Administración y Servicios (PTGAS), que, finalmente, se quedó encima de la mesa. La decisión provocó el enfado de los representantes de la plantilla, además de poner en evidencia las discrepancias entre el rector entrante, José Miguel García, y el saliente, Manuel Pérez Mateos, teniendo en cuenta que el primero forma parte del equipo de Gobierno actual como vicerrector de Investigación.
A pesar de estar incluido en la relación de asuntos a abordar durante ese día (5 de noviembre), fue Pérez Mateos quien antes de abordar esa modificación de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) para su aprobación por el Consejo Social solicitó a los consejeros que se pronunciaran sobre la posibilidad o no de retirarla «ante una petición para retrasarla», según explica. La inmensa mayoría de los presentes respaldó la primera opción y así se decidió, aunque el rector se mostró partidario de abordarla.
Dicha solicitud llegó por parte de García, quien asegura que tuvo conocimiento de la documentación que acompañaba las subidas salariales el día anterior a la reunión, que a su vez se celebró horas antes de comenzar la campaña electoral al Rectorado.
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