Los cariños más fervientes

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Alfonso Díaz Knörr, 'Ponchi', es miembro de la Schola Cantorum y de la Coral de cámara San Esteban. Navarro de origen y burgalés por integración y devoción, suele unir su voz al canto del himno a Burgos

Ponchi, con la partitura del Himno a Burgos, en la Plaza del Rey San Fernando. - Foto: Valdivielso

Por más que se empeñen los nacionalismos ser de un sitio no es haber nacido en él. Eso es una casualidad, el resultado de que un bisabuelo o un abuelo encontraran labor o se compraran una tierra en una zona geográfica o en otra. Ser de un sitio es disfrutarlo y amarlo hasta gastarlo. Y pocas personas habrá que disfruten y amen tanto a Burgos como el navarro Alfonso Díaz Knörr, mejor conocido como Ponchi, que llegó por estos lares hace más de veinte años y que pasó en tiempo récord de ser un forastero a un burgalés más para, finalmente, convertirse en un personaje extravagante e imprescindible del paisaje urbano.

Habitualmente luce melena espesa ya más blanca que negra y bigotes como los de Alfonso XII en los mejores momentos de la Restauración (look que sustituye en verano contra la calor) y ropa informal, con un especial amor a las bermudas y a los zapatos sin calcetines. En fechas señaladas -San Lesmes, el Corpus- es de los pocos que lucen capa castellana de terciopelo (de la casa Seseña), lo que le da un aire de bandolero simpático. Es habitual de las calles del centro, que escudriña con ojo de jubilado, y de los bares que, como todo el mundo sabe, es donde se cuecen las cosas importantes. Ponchi es un paseador, un peripatético que, además, opina de esto y de aquello en X, el lugar impalpable desde el que afea las suciedades urbanas al ayuntamiento de turno y pasea de soslayo por la actualidad política.

Pero es que, además, canta. Y lo hace muy bien. Es por eso que llega a estas páginas, en su calidad de tenor que embelesa a quien le escucha en sus actuaciones con la Coral de Cámara San Esteban y de la Schola Cantorum. Lo dicho, no puede ser más de Burgos aunque naciera en el barrio de la Chantrea, de Pamplona. Así que cada vez que puede y sus responsabilidades se lo permiten, Ponchi no se pierde el canto que durante las fiestas de San Pedro se hace del Himno a Burgos que crearan Rafael Calleja y el palentino Mariano Zurita y que, probablemente, sea el más bello de todos los que en el mundo suenan. A la altura de la Marsellesa, si le preguntan a la autora de estas líneas.

«Yo me he hecho burgalés aquí», afirma el cantante en una despoblada plaza del Rey San Fernando, que en la mañana de junio elegida para glosar la emoción de ese evento, solo está atravesada de unos pocos turistas. «Es la mejor forma de integrarte en una sociedad, conociendo sus tradiciones y haciéndote parte de ellas. Me resulta muy emocionante ver a toda la gente unida por una canción y no niego que a veces se me han escapado las lágrimas de la emoción. Además, es de las pocas veces que se canta  con música en directo, que eso le hace aún más especial», cuenta. ¿Su parte favorita del canto? La repetición de la estrofa que empieza por 'tierra sagrada donde yo nací' porque, explica, «es la más brillante, se canta subiendo el tono y das todo lo que tienes para cantarla». Si esto no son los cariños más fervientes, que venga San Fermín y lo vea.