Conocidos los tiempos en los que se mueve en muchas ocasiones el Ayuntamiento de Burgos, parece difícil adivinar si el retraso en la inauguración de la glorieta que la ciudad ha dedicado al concejal del Ayuntamiento de Ermua asesinado por la banda terrorista ETA en 1997, Miguel Ángel Blanco, obedece a una cuestión de ineficacia, de desidia, a no querer dar protagonismo a una proposición que realizó el PP en un Pleno celebrado el 15 de julio del año pasado o a cualquier otra explicación que, al menos públicamente, no se ha dado.

Lo cierto es que Miguel Ángel Blanco sí tiene una glorieta en Burgos, en cumplimiento de ese acuerdo plenario, aunque solo puede apreciarlo quien, por mera curiosidad, eche un vistazo a Google Maps y compruebe que la rotonda situada en la intersección de la avenida de Palencia con Reina Leonor (muy cerca del Puente de Malatos) lleva el nombre del edil asesinado.

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