Muslo o pollo. No es una elección gastronómica, sino el título de una de las películas con las que Antonio Resines y Ferrán Adrià empezaron la charla sobre cine y cocina organizada por CaixaBank para celebrar que en quince días se celebran los Goya en Valladolid. Acompañados de una réplica de la estatuilla que se entrega en la fiesta del cine, un photocall y la moqueta roja propia de cualquier gala, compartieron en la Casa del Cordón sus perspectivas sobre las disciplinas que les han convertido en estrellas: el cine, el teatro y la televisión en el caso del actor con premio Goya y la alta cocina y la gastronomía del que fuera responsable de El Bulli, considerado el mejor restaurante del mundo en cuatro ocasiones.

De las películas sobre gastronomía que les interesaban (salieron a relucir El festín de Babette, El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante, A fuego lento o Ratatouille) pasaron enseguida a hablar de las coincidencias entre esos dos artes: los sentidos que despiertan, la concentración que requiere, los placeres que aportan, la cuestión social que anima a compartirlo o su papel dentro de la cultura. Hablando de todo un poco y aprovechando la diferencia entre alimentarse y degustar, ambos contertulios alabaron el trabajo del restaurante La Fábrica, donde acudieron a comer.

Y entre chascarrillo y chascarrillo Adrià dio una conferencia en toda regla sobre la evolución de la cocina, con alusiones constantes al codirector de Atapuerca, Eudald Carbonell, que escuchó la disertación desde la primera fila.

Después fueron las preguntas del público las que animaron la charla, lo que permitió incluso aprender una receta de tortilla de patatas chips. La propuso el cocinero después de que les interpelaran sobre si incluir cebolla o no en este plato. Adrià acabó con la duda afirmando que se trata de dos cosas distintas: la tortilla de patata y la tortilla de patata y cebolla.

Hubo también cuestiones sobre las palomitas en el cine, actores que cocinan bien (Resines mencionó a Echanove), si El Bulli podría reabrir (quedó descartado) o qué es la felicidad (en serio, así, de sopetón).