Todo parecía encaminado cuando el pasado 18 de julio el Consejo de Gobierno de Castilla y León autorizó la formalización del nuevo convenio sanitario con el Gobierno vasco que incluía por primera vez la atención especializada y hospitalaria en territorio vasco para las zonas básicas de salud del Valle de Tobalina y el Valle de Losa. Tras años de negociaciones, el documento definitivo parecía consensuado.
Pero medio año después el convenio sigue sin estar firmado por ambas partes. El nuevo Ejecutivo vasco, cuya cartera de Sanidad dirige Alberto Martínez Ruiz desde junio, parece haber aparcado el asunto ante la multitud de retos a los que se enfrenta Osakidetza, mientras que desde la Consejería de Sanidad castellanoleonesa aseguran que en este lado de la frontera «ya hemos realizado todos los trámites preceptivos para la firma» y solo queda estar «a la espera para que se pueda finalizar cuanto antes este tema».
Lo cierto es que Martínez Ruiz llegó al cargo apenas unas semanas antes de que el Gobierno de Castilla y León diera ya la aprobación definitiva al texto, que fue consensuado por su antecesora en el cargo, Gotzone Sagardui. Su equipo dirigió todas las conversaciones, especialmente intensas desde que Alejandro Vázquez se puso al frente de la sanidad castellanoleonesa a finales de 2021.
Al ser preguntados por DB sobre qué pasos va a dar la Consejería de Sanidad vasca y qué plazos maneja para firmar el convenio, su respuesta es que «no hay novedad» y que informarán cuando se tome una decisión. Así pues, parece que hay un parón en un asunto que sigue siendo muy importante para los vecinos del Valle de Losa, Villalba de Losa, Berberana y el Valle de Tobalina. Con el nuevo convenio, pendiente de firma, las zonas de salud de Mena y Espinosa continuarán como hasta ahora pudiendo recibir la atención especializada y hospitalaria en Vizcaya.
Así las cosas, el alcalde de Villalba de Losa, José Losa, lamenta que «nos pusieron un caramelo en la boca y nos lo han quitado», pero admite desconocer los motivos de la paralización de los trámites para poder disfrutar de una sanidad que les queda muchísimo más cerca. «Creíamos que estaba hecho y es triste que no haya ahora avances», añade. Su homólogo en Berberana, Mikel Arbaizagoitia Peral, también opina que «cuanto antes lleguen a un acuerdo definitivo, mejor para que nos faciliten las cosas». Los beneficios los ve claros, puesto que el municipio queda a 35 kilómetros de los hospitales de Vitoria y a 100, de Burgos. Arbaizagoitia fue consultado este mismo martes por un vecino interesado en conocer cuando se materializará lo que ahora está solo en el papel y sin firmar. «Los vecinos que viven aquí, pero siguen empadronados en Álava, me preguntan con el interés de empadronarse. Nosotros ganaríamos vecinos con el convenio», concluye. Mientras, desde el Valle de Tobalina, Jesús Ángel López de Mendoza, defensor de poder elegir entre las dos sanidades, criticaba que «nos vendieron humo en su momento y está paralizado».
Medina y Villarcayo. Los perdedores del acuerdo que no acaba de formalizarse son Medina de Pomar y Villarcayo, que solo podrán optar a las especialidades de Cirugía Torácica, Cirugía Cardíaca y a la Unidad del Dolor y no a toda la cartera de servicios, como se perseguía. Para el alcalde medinés, Isaac Angulo, quien recuerda como en la ciudad «atendemos cada año a 800 o 900 cartillas de desplazados», el resultado final «ha sido decepcionante». Más positivo, el alcalde de Villarcayo, Adrián Serna, ve «que por primera vez entramos en un convenio con Osakidetza y a partir de ahí tendremos que dar la batalla para seguir ampliando la cartera de servicios», aunque ve difícil que Euskadi se avenga a dar entrada a 11.000 potenciales pacientes de Medina (6.760) y Villarcayo (4.267).