La arquitecta Paz Herrera inscribió su nombre en letras de oro en el año 2014 al ganar el bote de 1.310.000 de euros en el concurso Pasapalabra, y su experiencia de 25 años en la televisión le hace asegurar que estos concursos «deberían ser casi un servicio publico» por lo que aportan a la cultura.
Su carrera en la pequeña pantalla se inició allá por 1997, en los inicios de Saber y Ganar, donde sus conocimientos le hicieron permanecer cinco programas y ganar unos 3.000 euros, concurso al que volvió en 2010, cuando el formato cumplía 3.000 emisiones y recuperó a los 50 participantes que habían dejado huella, aguantando otros siete programas.
Más tarde vino su estancia durante 25 fines de semana en un programa en equipo con Isabel Ponce y Fina Oliver, así como su presencia en otros formatos como ¿Quién quiere ser millonario?, con Carlos Sobera; y Pasapalabra, tanto en Telecinco como en Antena 3; para acabar ahora en El Cazador, de TVE, donde se enfrenta a concursantes novatos.
En una entrevista, Paz Herrera, nacida en la localidad cántabra de Puente San Miguel en 1959, explica que su vida cambió por completo cuando logró el bote tras completar el mítico rosco, porque su popularidad se disparó hasta el punto de que aquellos días «fueron una locura» por la multitud de peticiones de entrevistas y felicitaciones que recibió, aunque «han tenido que pasar años para ser consciente de lo que pasó ese día».
Fue un cambio radical en su vida, ya que de ser la conocida por su familia y amigos pasó «a ser reconocida en todos los sitios», pero a pesar de todo asegura que si tuviera que repetirlo, «lo haría sin pestañear» y, de hecho, recomienda que vivan una experiencia televisiva.
Recuerda que lo primero que hizo con el dinero del premio de Pasapalabra (del que recibió un 54% menos por la retención de Hacienda) fue disfrutar junto a toda su familia de un viaje a Grecia, para celebrar el 80 cumpleaños de su padre. «Y me hizo una gran ilusión llevarlo a cabo», apostilla.
Por su experiencia asegura que hay un público muy concreto para los concursos que se emiten en televisión, que «tienen mucho presente y mucho futuro», y asevera que prueba de que siguen vivos son los niveles de audiencia de programas que llevan años en antena como Saber y Ganar. Paz Herrera cree que este tipo de programas contribuyen a ofrecer algo diferente en el actual panorama televisivo.
Preparación a conciencia
Respecto a su presencia en El Cazador, explica que nunca antes se había preparado tan a conciencia como ahora, «porque es un trabajo» y tiene que hacerlo «lo mejor posible, incluso aprendiendo cosas que nunca» la han interesado, y reconoce que, además de un entretenimiento es «muy lucrativo».
«Estoy viviendo mi propio futuro», afirma parafraseando a María Dolores Pradera, y añade que cuando se jubile dentro de tres años se va a dedicar a disfrutar de sus muchas aficiones como salir a pasear por La Viesca, la fotografía y cultivar su vena literaria que comenzó hace unos meses con su primer libro, Cuentos de María y Lucero.
Respecto a la popularidad de la que goza, considera que «fue muy repentina y será efímera» porque es consecuencia de salir en televisión, por lo que no se ve como personalidades de la localidad en la que reside, Torrelavega, como Antonio Resines o Javier Castillo, Poty, «que lo son por una carrera muy larga y exitosa, y que se la han ido ganando a pulso».
«La popularidad la llevo bien. Al principio te sorprende ser objeto de todas las miradas, pero te acostumbras», afirma recordando su nombramiento como Hija Predilecta de Reocín, municipio en el que se enclava Puente San Miguel.
Ese nombramiento le pareció «un honor enorme pero excesivo en aquel momento. «Y si me hubiesen preguntado antes quizá hubiese dicho que lo pospusiesen, porque me pareció que era fruto del momento y que luego la popularidad se olvidaría», concluye.