La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) no ha hallado indicios de «ningún vertido ni ninguna otra circunstancia especial» que pueda haber desencadenado el episodio de mortandad de peces detectado en el río Arlanzón, entre Estépar y Pampliega, desde el miércoles por la noche y apunta a la posibilidad de que las tormentas provocasen un derrame accidental al rebosar los colectores de aguas residuales de la red de saneamiento, sin que se trata de un suceso «intencionado o relacionado con la mala gestión de la depuradora», subrayan en respuesta a la consulta realizada por este periódico.
Un agente medioambiental de la CHD realizó ayer una inspección visual de la zona afectada y constató la presencia de peces muertos, «aunque no en gran número», además de comprobar que principalmente se encontraban en el cauce molinar de Pampliega, del orden de unos 50 ejemplares de varias especies», detallan desde el organismo de cuenca. Tras recibir la pertinente autorización, el Ayuntamiento procedió a la retirada de los cadáveres, con ayuda de voluntarios de la localidad.
Efectivos del Seprona de la Guardia Civil peinaron in situ la zona afectada el mismo jueves y tampoco encontraron evidencias visuales de ninguna anomalía.Tomaron muestras del agua y de los peces y cangrejos muertos que han sido remitidas al laboratorio, por lo que quedan a la espera de los resultados para avanzar con la investigación, informan fuentes de la Comandancia.
Mientras, el Ayuntamiento de Pampliega también ha encargado su propio análisis a una empresa privada y espera disponer de los datos a primeros de la próxima semana. Entre tanto, se mantiene la recomendación de no bañarse en el río, una zona de baño muy popular durante el verano que atrae visitantes de toda la provincia. No obstante, desde la Benemérita recuerdan que allí no está autorizado el baño y que quien decide darse un chapuzón lo hace bajo su exclusiva responsabilidad.
El mismo jueves por la tarde, el equipo de gobierno de Pampliega improvisó una reunión informativa en el Ayuntamiento -que se llenó- para poner en conocimiento de los vecinos los pocos datos de los que disponía y tranquilizar al pueblo, que estaba «conmocionado» y muy preocupado por la calidad de las aguas del Arlanzón. Ayer no aparecieron más cadáveres e incluso se pudieron ver peces nadando en la zona de baño, por lo que todo apunta a que el río ha recuperado la normalidad.
Tal y como avanzó este periódico, desde la CHD «se ha podido comprobar con los datos de la estación de seguimiento automático de la Calidad del agua de Estépar, situada unos 15 km aguas abajo de la ciudad de Burgos, se detecta una disminución radical del oxígeno en el río el día 14 de agosto por la noche y, a su vez un incremento notable de amonio», sustancia que puede ser un indicio de contaminación fecal, industrial o agrícola.
Esa misma noche se registraron fuertes tormentas de agua acompañadas de aparato eléctrico en el entorno de la ciudad de Burgos, Desde la Confederación subrayan que «en situaciones similares ya han acontecido episodios de esta entidad y en este tramo», con una mortandad de peces como la acaecida en Pampliega.
A falta del resultado de los análisis de las muestras tomadas en el agua y en los peces muertos, la explicación más probable de los técnicos apuntaría a «un vertido directo como consecuencia del alivio de aguas procedentes de los colectores de aguas residuales, al superarse su capacidad hidráulica debido a la entrada en la red de saneamiento de un volumen anormalmente alto de agua de lluvia», para subrayar que en este caso se trataría de un suceso accidental y desvincularlo de un suceso intencionado o de un fallo en la depuradora de Burgos.
En cualquier caso, el servicio de guardería fluvial de la CHD continuó con las labores de vigilancia e inspección de la zona.