Alivio en Fresnillo de las Dueñas tras la marcha de una familia que había okupado una vivienda desde hace unos meses y que, según denunciaron los vecinos, estaba generando «graves problemas de convivencia», amenazas incluidas. Pues bien, una vez que la Guardia Civil ha tenido conocimiento de que los siete adultos y cuatro menores que se habían metido en el piso lo han abandonado, ayer se procedió a colocar una puerta antiokupa, además de blindar una de las ventanas con una plancha metálica y de poner unas rejas en la que hay justo al lado e instalar una alarma, como detallan varios residentes de la localidad ribereña.
Todo ello bajo petición de la entidad bancaria que es la dueña del piso okupado. Según detalló la Benemérita en un comunicado, la situación ha cambiado recientemente después de que el banco sí que haya presentado una denuncia por estos hechos en un juzgado de Burgos. «Los cerrajeros llegaron desde Valladolid y Madrid con todo el material. Ha sido muy rápido», indicó un vecino, satisfecho con que por fin «se haya conseguido ganarles la batalla (a los okupas)» y «acabar con el problema», ya que, como recuerda, había gente que «lo estaba pasando muy mal».
Además, desde la Guardia Civil se informa que han investigado a uno de estos okupas, S.H.H., de 28 años, como presunto autor de un delito de hurto en grado de tentativa, «al intentar sustraer del interior de una parcela privada varios tubos metálicos». Días atrás, la Guardia Civil de Aranda de Duero recogía la denuncia de un ciudadano en la que afirmaba que le habían sustraído este material de una parcela de su propiedad y presentaba pruebas de la posible autoría.
Así, los agentes iniciaron una investigación que llevó «a la identificación plena» de un varón que ha sido investigado en dependencias policiales, y que «ha resultado ser una de las personas que, de manera ilícita, okupaba una vivienda en la localidad de Fresnillo de las Dueñas junto a otros familiares». Desde la Benemérita detallan que tenían constancia de esta situación desde el año pasado. Por ello, habían intensificado las acciones policiales en la zona, debido a las quejas vecinales por los «problemas de salubridad, higiene, convivencia, ruido y suciedad que llevaba acarreando una familia que había okupado el inmueble».
«Constantes amenazas». Además, según el comunicado, estas personas habían intentado en varias ocasiones la entrada en otras propiedades y «se habían denunciado daños y constantes amenazas a los habitantes, creando gran malestar y cierto miedo». Todos estos hechos han sido esclarecidos en este periodo por la Guardia Civil. También se ha puesto en conocimiento de los servicios sociales la presencia de los menores y su posible desescolarización.