Fresdelval se queja a Hispania Nostra por su lista roja

H.J.
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Los propietarios del monasterio argumentan que el estado de conservación actual del conjunto gótico y renacentista es mejor que hace 15 años, cuando ya figuró en esa relación de bienes en peligro y rápidamente fue retirado

El cenobio se encuentra situado en las inmediaciones de Villatoro - Foto: ALBERTO RODRIGO

La familia propietaria de Fresdelval ha remitido una queja formal a Hispania Nostra por la inclusión del monasterio en la lista roja que compendia los bienes patrimoniales en peligro. Este jueves se conocía que esta asociación daba la voz de alarma sobre el cenobio debido a su mal estado de conservación, a la desaparición de las cubiertas y al especial deterioro del claustro. Añadían además que "de no haber actuaciones en los próximos años, el inmueble podría llegar a derrumbarse, con la consecuente pérdida de su valor arquitectónico". Los dueños conocen mejor que nadie la compleja situación del monasterio, pero están muy sorprendidos por su consideración dentro de la lista roja.

Gerardo Sanz-Rubert, miembro de la familia, recuerda que a lo largo de los últimos años han invertido un millón de euros en actuaciones de consolidación, principalmente en la zona del palacio renacentista que pretenden convertir en un lugar para eventos culturales, pero también en la parte gótica, la más dañada. "Esto es un baldón para nosotros", admite entre resignado e indignado: "Les he escrito para explicarles que en estos quince años hemos tenido tres fases de intervención. Una primera de consolidación y apeo de las ruinas del monasterio, otra de restauración de la galería sur y finalmente la restauración del palacio y de los edificios anejos del XVI al XVIII".

Se refiere a los últimos tres lustros porque explica Sanz-Rubert que precisamente hace 15 años Hispania Nostra ya incluyó a Fresdelval en su lista roja y tras las advertencias de los propietarios fue retirada una semana después.

Ahora la explicación que ha recibido la asociación es que el nuevo señalamiento se produce tras una denuncia cuya autoría no le han revelado, y ha llegado sin que nadie haya visitado recientemente el interior del monasterio para comprobar su estado real. "Lo que cuentan ni es nuevo ni es cierto", insiste la familia. "No merecemos estar en esa lista, es cierto que queda mucho por hacer pero resulta indudable que está mejor que hace unos años", subrayan.

"Las cubiertas desaparecieron hace mucho, en 1808 los franceses bombardearon la iglesia y después en 1880 se utilizó como cantera y buena parte de la piedra desapareció. Faltan también dos alas del piso superior del claustro, pero fueron desmontadas en el siglo XIX", argumentan.

Entre los criterios que Hispania Nostra recoge en su web para la consideración de un bien en peligro está la ausencia de un plan de intervención, cosa que la familia Sanz-Rubert esgrime que sí ha tenido. Además, uno de los puntos de su procedimiento de actuación tras una denuncia recoge expresamente que "Hispania Nostra solicitará la información complementaria que considere mediante solicitud de información al titular (si se conoce) como responsable del deber de conservación", algo que tampoco habría sucedido.