El velódromo de San Cristóbal por fin da los pasos necesarios para ceder el testigo a un nuevo complejo deportivo que amplíe la oferta de la zona este de la ciudad. La obsoleta infraestructura ciclista inicia la cuenta atrás para el derribo programado a lo largo del recién estrenado 2024, mientras que las obras de la futura dotación comenzarán ya en 2025.
Aunque aún queda un largo camino por recorrer hasta que el complejo ofrezca sus nuevos servicios, el equipo de Gobierno local iniciará de inmediato los trámites administrativos necesarios para poner en marcha la maquinaria. Los esfuerzos a corto plazo se centrarán tanto en la mencionada demolición del velódromo como en la redacción del nuevo proyecto y ambas actuaciones tendrán su partida en las próximas cuentas municipales.
A la espera del borrador final, en este momento aún debe definirse si estas actuaciones se incluirán en el presupuesto inicial del año 2024 o si habrá que esperar a la primera modificación para su consideración definitiva en la lista de tareas a completar a lo largo del ejercicio en curso.
Esta circunstancia condiciona en este momento los plazos de ejecución planteados en los próximos meses e impide marcar -por ahora- un calendario concreto, pero el bipartito formado por PP y Vox asume que el inutilizado anillo ciclista será historia en el segundo semestre del año.
Aunque se trate de un primer paso básico y fundamental, la demolición de la infraestructura deportiva presenta ciertas peculiaridades por sus dimensiones y el equipo de Gobierno maneja una estimación económica inicial situada entre los 400.000 y los 500.000 euros.
Mientras se avanza en todas las cuestiones previas, es seguro que el Ejecutivo mantendrá la idea defendida desde la campaña electoral y levantará en el solar resultante un espacio dedicado a la práctica de deportes de exterior en el que también se instalará una pista de skate.
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