Una de las burbujas de colores colocadas esta Navidad junto a la Catedral de Burgos quedó destrozada después de un pinchazo que desde la Concejalía de Festejos se denunció inmediatamente en Comisaría, pero la provincia tampoco se ha librado del acoso de los vándalos y en Lerma ya van por el tercer ataque a sus figuras iluminadas.

Los nuevos adornos adquiridos por el Ayuntamiento de la villa ducal se colocaron en la plaza de Santa Clara y sufrieron el primer ataque el puente de diciembre, justo cuando se acababan de poner. En ese momento robaron el árbol de Navidad y el reno luminoso, aunque luego aparecieron misteriosamente en la zona. Otro sábado de ese último mes de 2024, donde también había bastante ambiente por la noche en la localidad, los hechos se repitieron. Sin embargo, en esta segunda ocasión no se llevaron las figuras y sí destrozaron el reno para dejarlo tirado en los jardines de los arcos.

Y la misma historia en Nochevieja. «Ahora lo han roto y lo han dejado por ahí tirado otra vez. Los encargados del belén, cuando han ido a abrir el belén, han visto que estaba rota la figura del reno y la han metido al ayuntamiento», manifiesta Leire Ortega, concejala de Festejos de Lerma.

En las dos primeras ocasiones se repararon los adornos y se volvieron a colocar en su lugar con el fin de que los vecinos y los visitantes los pudieran disfrutar, pero esta vez ya no se va a arreglar el reno -que es el que está destrozado-y ya se esperará hasta las próximas navidades para volver a ponerlo. Desde el Ayuntamiento no se sospecha quiénes pueden haber sido los responsables de estos hechos ni si se trata en todas las ocasiones del mismo grupo. Tampoco ningún vecino les ha comentado nada. Eso sí, en las tres ocasiones ha ocurrido por la noche y en jornadas donde había un gran ambiente festivo en las calles.

«Nunca antes había pasado, es cierto que se trata de algo nuevo y que nunca se habían puesto estas luces. Yo no recuerdo que con la iluminación de Navidad haya ocurrido otras veces esto», comenta Ortega, que no entiende el comportamiento de los vándalos y que recuerda que los adornos los ha comprado el Ayuntamiento. «Las luces son de todos, no entendemos que al final se estropee lo que es de todos», dice, mientras que destaca que al final todas las reparaciones que han tenido que llevar a cabo suponen un gasto añadido para el propio municipio de Arlanza.