2024 arranca con una singularidad laboral histórica: todos los convenios sectoriales negociados por la patronal FAE con los sindicatos mayoritarios están pactados y en vigor, lo que otorga una tranquilidad a los más de 55.200 trabajadores burgaleses y a varios miles de pymes implicados en estos acuerdos. A los mismos se tiene que sumar en los próximos días la única negociación sectorial que continúa abierta, la del comercio de equipamiento de la persona, en manos de la FEC (la patronal del comercio) y que afecta a cerca de 4.000 trabajadores.
Ni en FAE ni en las sedes sindicales recuerdan una circunstancia así: un año sin negociación colectiva sectorial y con las subidas salariales pactadas para tal número de empresas. La veintena de grandes convenios que rigen la economía burgalesa -con la salvedad del comercio de ropa- están publicados en el Boletín Oficial de la Provincia y su vigencia irá caducando a finales del presente año, de 2025 y también de 2026.
Las subidas salariales pactadas para estos próximos doce meses van desde el 0,5% hasta el 3,25%, aunque ninguna llega al 3,8% en el que se ha acordado la subida de las pensiones. La diferencia que separa unos convenios de otros es la fecha de su negociación y firma. Las menores subidas salariales se acordaron antes de 2021, cuando aún no se había iniciado la espiral de crecimiento histórica de la inflación, mientras que las mayores se cerraron en mitad de la tormenta de los IPC por las nubes.
De hecho, hay acuerdos como el del sector del transporte, el de bodegas y distribución de bebidas o el de confitería y repostería que se cubrieron las espaldas ante la inflación y contemplan diversas fórmulas de revisiones salariales vinculadas al IPC real a finales del presente ejercicio.
Lógicamente, todos los sectores económicos son importantes, aunque los negociadores destacan la tranquilidad que aportan los acuerdos del metal (1.140 empresas y 13.100 trabajadores), transporte (452 empresas y 4.800 trabajadores) y hostelería (8.000 trabajadores).
Si bien parece que la inflación se va controlando (esta semana se conocerá el IPC de 2023) y se irá acercando a los porcentajes pactados para el ejercicio, la carga de pedidos de las empresas -alertan desde FAE- lleva unas semanas en descenso y puede ser preludio de un ejercicio más complejo que el del pasado año. Tener firmado el convenio es una salvaguarda para los trabajadores y también para las empresas, pues les aporta certidumbre sobre su principal capítulo de costes, los salariales.
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