Durante cuatro temporadas y media ha sido la cara amable del vestuario del Burgos CF, esa sonrisa incluso en los malos momentos, esa energía positiva de la que se ha impregnado en los últimos tiempos la entidad blanquinegra. Se va Miki Muñoz Mora, rebautizado como Mumo para que el apellido de su madre también tuviera presencia. Ya está en Trípoli, en pleno Peloponeso, donde le esperan nuevos retos y una ilusionante aventura.
"He sido infinitamente feliz en Burgos", comienza el centrocampista, que se siente un hijo del frío más. Un copo de nieve tatuado en su piel y en la de su pareja es un símbolo de agradecimiento a todo lo vivido en estos últimos años a orillas del Arlanzón.
Llegó en enero de 2020, "cagado" y con "muchas dudas" después de salir de una lesión importante y recuperarse en solitario. "Hacía meses que no entraba en dinámica de grupo y la sensación conmigo mismo era difícil. Llegué, entrené un jueves en el Sedano y el domingo, en un partido con una increíble niebla, debuté ante la Real B. Ahí me sentí otra vez futbolista y a partir de ese momento todo fue a mejor", explica.
No puede elegir un momento como blanquinegro y prefiere quedarse "con todo". Son muchos los que lamentan su marcha, pero no solo por el aspecto futbolístico, sino por el humano. "Ha sido fácil devolver todo lo que he recibido. Siempre me han educado en casa con la idea de que por delante de todo están las personas", destaca.
He sido infinitamente feliz en Burgos"
Le estará eternamente agradecido a Michu por apostar por él cuando pocos lo hubieran hecho. "Se la jugó", expone, para añadir que la aparición del director deportivo asturiano supuso un antes y un después en su carrera. Mira con nostalgia el pasado y observa como otros compañeros también han salido de la entidad, aunque tranquiliza al entorno: "Mientras Michu y Fosky trabajen como hasta ahora creo que pueden estar tranquilos".
Cómo hemos cambiado. Su filosofía siempre fue la de "crecer junto al club" y entiende que lo han conseguido. Cuando llegó, la plantilla se desplazaba en sus propios coches al José Manuel Sedano para después regresar del mismo modo a El Plantío. "Ahora cuando me preguntan les digo que estamos como en el Manchester City por las instalaciones que tiene el club, el gimnasio, el material, los campos, el personal médico... Ha sido un progreso en línea ascendente y por suerte he podido vivirlo en primera persona y sintiéndome protagonista", señala.
Todo lo que ocurrió en la campaña 20-21 fue duro, pero nos hizo más fuertes y fue clave para lograr el ascenso"
Reconoce que le da "pena" irse, aunque después de haber pensado mucho en estos días de vacaciones cree que separar los caminos ha sido "lo mejor para mí y para el club", aunque advierte: "Esto es un hasta luego porque donde uno ha sido feliz siempre le gusta volver".
Más que un ascenso. Aquella temporada 20-21 tuvo un final feliz, pero un duro camino con impagos y muchos problemas internos en el club. Aún se le pone la piel de gallina al recordarlo. "Todo lo que ocurrió nos hizo más fuertes. Sabíamos que no podíamos dejar escapar esa oportunidad porque igual no volvíamos a tenerla. Poder cerrar la campaña de aquella manera fue maravilloso. El equipo estaba confeccionado de forma perfecta, tanto en lo humano como en lo futbolístico", indica.
Ha sido fácil devolver todo lo que he recibido. Siempre me han educado en casa con la idea de que por delante de todo están las personas"
En Almendralejo llegó el ascenso y a la vez la salvación. "Si no lo hubiéramos conseguido, no sé qué hubiera pasado, pero creo que el futuro hubiera sido oscuro para el club", responde.
El fútbol profesional. La primera temporada en Segunda fue "muy especial". No había alcanzado nunca el fútbol profesional e incluso tenía dudas de que estuviera preparado. "Pero otra vez fue un año precioso. Nos mantuvimos de forma holgada y estuvimos gran parte de los jugadores que habíamos logrado el ascenso", relata.
Mira con perspectiva lo que ha conseguido junto a la entidad blanquinegra en estos años y sabe que tiene "un gran mérito". "No hemos podido vivir un play off a Primera División, que hubiera sido muy bonito para todos y por eso parece que acabas molesto porque lo hemos tenido cerca, pero la categoría es muy complicada y hay que darle valor a lo que ha conseguido el Burgos", finaliza el ya exblanquinegro.
Aquella conexión con Galder Cerrajería
"No lo conocía de nada y jugamos juntos en Calahorra al poco de venir. Sentíamos lo mismo en el campo, pensábamos igual... Es increíble que tengas esa conexión con una persona que es la primera vez que has visto. Eso se traslada al día a día. Es alegre y será imposible que lo pierda en mi vida y en mi día a día". De esta forma habla Mumo de Galder Cerrajería, con el que coincidió en las dos campañas de Segunda B. Es una de esas amistades que ha forjado en su etapa como blanquinegro y que perdurarán en el tiempo.