El nombre del Burgos CF y de Unai Elgezabal son inseparables en las últimas campañas. El uno no se entiende sin el otro y viceversa. El capitán blanquinegro cumple su cuarto curso como jugador de la escuadra castellana y desde su llegada se convirtió en uno de los favoritos de Julián Calero. También ha contado con la confianza de Jon Pérez Bolo, aunque el de Urduliz se encuentra en una situación nueva, que no había vivido en los últimos años y ante el Albacete se perderá su tercer partido consecutivo -se puede considerar casi el cuarto, ya que contra el Real Oviedo se lesionó en el minuto 11-, algo que no le había ocurrido como burgalesista. Nunca había estado dos partidos seguidos sin jugar.
Una rotura de fibras en el gemelo le mantiene lejos de su hábitat natural, los terrenos de juego. El Burgos está sobreviviendo a la ausencia de su pieza más habitual y lo está haciendo con solvencia, ya que en los dos últimos partidos en casa ha dejado su portería a cero sin la ayuda del capitán, un elemento importante en el terreno defensivo.
Desde su llegada, el equipo burgalesista ha jugado 121 partidos y en 109 ha estado presente vasco. Ha sido titular en 105 encuentros y ha jugado completos 90, lo que hacen que acumule como blanquinegro 9.277 minutos.
En este apartado de cifras solo le supera Aitor Córdoba, que ya ha pasado de los 10.000 minutos con la camiseta del Burgos, con la que ha jugado 127 partidos, aunque lleva una temporada más que su compañero en el equipo -llegó en la 19-20, en la que solo se disputaron 28 jornadas debido a la pandemia-.
Unai Elgezabal es un jugador de equipo, cuya actuación hace que luzca el colectivo. Se trata de un futbolista inexpugnable en el juego aéreo, con un sentido táctico notable y que se convierte en una pieza imprescindible en la contención. Ha jugado indistintamente de central y de pivote -más partidos en esta segunda posición en la que su misión era sobre todo defensiva-.
Su importancia con el sistema que utilizaba Julián Calero era mayor, ya que se convertía en el sostén del equipo en muchas situaciones. Con la llegada de Jon Pérez Bolo y una idea de juego más ofensiva que necesita más el balón, su rol estaba destinado a cambiar.
La previsión es que regresara al eje de la zaga, aunque Atienza no comenzó bien la Liga, por lo que el nuevo técnico apostó por el vizcaíno como centrocampista. Fue precisamente en el choque que inició como central cuando le llegó la lesión.
Sin fecha de vuelta. No está claro cuando podrá regresar a la normalidad. Cuando sufrió la rotura, el pasado 26 de agosto, se habló de un periodo de recuperación de al menos mes y medio, por lo que además de perderse seguro el choque contra el Albacete, parece poco probable que pueda estar listo para el encuentro que el Burgos jugará contra el Elche.
En estos momentos es la única baja en el vestuario blanquinegro, que ha recuperado a Edu Espiau después de que el canario superara unos problemas musculares.