El 27 de marzo de 2004 se hacía realidad el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y el 27 de julio de 2009 encontraba un hogar en el primero de los tres edificios del Complejo de la Evolución Humana. Ayer celebró respectivamente los 20 años de vanguardia en investigación y los 15 años de su sede, un evento que para su directora, María Martinón-Torres, debe ser el punto de inflexión para empezar a ser «pioneros en líneas emergentes como la investigación molecular». Se trata de ampliar los proyectos actuales al estudio de proteínas y el ADN antiguo, lo que supone crear otro laboratorio y atraer más personal excelente: «Es un gran reto, necesitamos un apoyo sostenido y que no se olviden de nosotros porque queremos poder volver a contar que hay un despegue en 20 años».
Según José María Bermúdez, su primer director y conferenciante del acto que contó con la presencia de Eva Ortega, secretaria general de Investigación del Ministerio de Ciencia y Jesús Manuel Hurtado, secretario general de Educación de la Junta, el proyecto nació de la ilusión de contar con un lugar que «albergara todas las disciplinas, personas y posibilidades que conlleva el estudio de la evolución humana». Bermúdez soñaba con ofrecer una carrera profesional a los perfiles más brillantes, de forma que pudieran «ir subiendo de escalafón, como en el CSIC o la universidad».
Pero el 80% de la plantilla original venía de fuera porque se requerían trabajos muy técnicos que no se encontraban en España y no era posible contratar a tantos investigadores. Además, la crisis económica puso una gran zancadilla al despegue del centro. Bermúdez abandonó la dirección en 2012, aunque se quedó como investigador. Sin embargo, el centro logró remontar de la mano María Martinón-Torres, que se convirtió en directora en 2017.
Desde entonces, Burgos se ha convertido en un punto neurálgico de investigación puntera. Según Martinón, el CENIEH se encuentra «en pleno vuelo» y está en «primera línea en cualquier estudio sobre nuestros orígenes».
Reconocimiento y retos. Haciendo memoria de estos últimos años, Martinón destaca «el hito del acuerdo con la Junta de Castilla y León y la Fundación Silos» para el depósito y restauración de las colecciones de los yacimientos de Atapuerca y el reconocimiento de «cinco laboratorios esenciales».
Finalmente, Martinón agradece la acogida por parte de los burgaleses:«No se me ocurre una ciudad que hubiera sabido responder mejor a todas las actividades, así que es un día para felicitar que CENIEH somos todos los que lo apoyamos».