El icono infinito

R. PÉREZ BARREDO
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Desde que se elevara buscando el cielo, la gran joya del gótico español ha sido fuente de inspiración para artistas plásticos desde el siglo XVI hasta nuestros días, como atestigua la exposición que puede verse en el MEH y en el Fórum

'Plaza Mayor desde el tubo', segunda mitad del XX. - Foto: Felipe de Abajo Ontañón

Explica René Jesús Payo que pocos edificios españoles, desde la Edad Media hasta nuestros días, han sido capaces de suscitar un nivel de atracción, fascinación y hechizo tan notable como la catedral de Burgos. El catedrático de Historia del Arte y uno de los comisarios de la exposición ‘Catedral eterna. Así la vieron, así la ven’ que puede verse en las salas de exposiciones del MEH y del Fórum Evolución subraya que el primer templo de la provincia ha sido uno de los grandes iconos de inspiración para artistas de todo tiempo y lugar. Un icono infinito, interminable, desde las primeras representaciones pictóricas -allá por el siglo XVI- hasta las visiones artísticas contemporáneas. «Nadie ha podido sustraerse a la belleza hipnótica de la catedral desde que su imponente arquitectura se elevara buscando el cielo. Icono secular, tótem de incuestionable magnetismo, es un símbolo que desafía al tiempo: nunca ha dejado, ni dejará, de fascinar a los artistas de cualquier época. Ni de inspirarlos», apostillan los responsables de una muestra cuya contemplación no hace sino suscribir tales afirmaciones. 

La zona expositiva que acoge las obras del pasado (‘Así la vieron’, en el MEH) se abre con algunas de las primeras obras gráficas, que datan de los siglos XVI yXVII. «La privilegiada situación de Burgos en el camino que unía Francia con Madrid hizo que por esta urbe transitaran miles de visitantes que, en muchos casos, no pudieron sustraerse a la belleza y a la singularidad del templo», señala Payo. Artistas como Wyngaerde, Hoefnagel, Hogenberg, Mathaus Merian dieron espléndidas muestras de ello... Ya en el XVIII comenzó a desarrollarse «un interés ‘científico’ por este edificio», apunta el comisario. Surgen, así, las primeras imágenes que reproducían de manera fidedigna y con un objetivo documental el templo burgalés, si bien fue a partir del siglo XIX cuando se consolidaron las representaciones de la catedral en un contexto, el del Romanticismo, en el que la cultura del viaje se convirtió en algo sumamente habitual. Artistas franceses (Chapuy, Guesdon, Davillier) e ingleses (David Roberts, Louis Hunt, Henry Charles Brewer) dejaron muchas muestras de su fascinación por la basílica burgalesa. Naturalmente, también hubo artistas españoles que en esa época fueron cautivos de la belleza de la seo: Jenaro Pérez Villaamil, Cecilio Pizarro,Francisco Javier Parcerisa...

Siglo XX. Asegura Payo que fueron las tres primeras décadas del siglo XX un momento de especial brillantez en lo que a representaciones del templo catedralicio se refiere: continuó siendo inspiración para foráneos (de Joaquín Sorolla a José Nogué pasando por Regoyos o Zuloaga) mientras que los creadores burgaleses la tuvieron como tema preferencial en sus pinturas, dibujos y grabados: Marceliano Santa María, Evaristo Barrio, Isidro Gil, Fortunato Julián,Mariano Pedrero, Luis Manero... En la segunda mitad del XX sucedió lo mismo: artistas de fuera como Mestres Cabanes fueron subyugados por la belleza del templo.Y locales, claro: de Felipe de Abajo Ontañón a Ignacio del Río pasando por Próspero García Gallardo, Modesto Ciruelos o Luis Sáez, entre otros.

Ya entre dos siglos y con la más actual contemporaneidad, el hechizo ha permanecido: ahí está la selección de obras de la zona expositiva ‘Así la ven’ que se encuentra en el Fórum: lo que ofrece el conjunto es un fresco magnífico, sorprendente, audaz y siempre hermoso del primer templo metropolitano que en estos albores del siglo XXI;, constituye la enésima revisión, una lectura renovada y diferente del símbolo artístico por antonomasia de Burgos y de Castilla.