Jurado popular en el crimen del escayolista

R.C.G.
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Todos los implicados se sentarán juntos en el banquillo aunque el periodo de instrucción sigue abierto para determinar los cargos que se le imputan a cada uno de los siete miembros de la familia acusada y a los dos que se deshicieron del cuerpo

Jurado popular en el crimen del escayolista - Foto: Raúl Canales

A finales de abril se cumplirá un año del crimen del escayolista, un suceso que conmocionó a Miranda de Ebro por la crueldad del caso ya que la víctima estuvo varios días desaparecido hasta que su cadáver fue encontrado en el río. Las investigaciones policiales llevaron a la detención de siete personas de la misma familia acusados de asesinar a Fernando Martín. El presunto autor del disparo (David D.J.) permanece desde entonces en prisión mientras que se trata de esclarecer el grado de implicación del resto de integrantes del clan. Varios meses después también fueron detenidos otros dos mirandeses más por ayudar a deshacerse del cuerpo a cambio de una suma de dinero. El rastreo de los teléfonos móviles logró determinar, que tras disparar a la víctima, el principal imputado se puso en contacto con ellos para solicitarles ayuda para ocultar las pruebas. Al parecer fueron los encargados de trasladar el cuerpo hasta Montañana, lugar en el que fue hallado posteriormente por un vecino que paseaba por la zona. Todos se sentarán en el banquillo de la Audiencia Provincia de Burgos de forma conjunta, aunque sobre cada uno de los procesados recaerá una acusación diferente, pues habrá que determinar quiénes participaron como cómplices y quiénes como encubridores, delitos castigados de forma distinta por el Código Penal. En algunos supuestos las penas de prisión podrían oscilar de los "6 meses a los 3 años" mientras que el autor del disparo podría enfrentarse a una condena de "15 años de cárcel", explica el abogado Jesús Alegre, quien deja claro que también dependerá de si se aplican agravantes. La decisión final corresponderá a un jurado popular. De momento no hay fecha para la celebración del juicio, pero ya se ha confirmado que el tribunal lo compondrán nueve personas más dos suplentes. Mientras tanto el Juzgado número 1 de Miranda, continúa el periodo de instrucción para recabar todas las pruebas posibles sobre lo ocurrido en las horas previas y sobre todo en las posteriores al asesinato, por lo que no se descarta incluso volver a tomar declaración a algunos de los implicados. El crimen del escayolista no fue un hecho aislado sino que se enmarcó dentro de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas que operaba en diferentes lugares del país. Una operación policial paralela condujo a la detención de más de una veintena de sus integrantes, entre los que estaba la familia acusada de matar a Martín. De hecho cuando se produjo el trágico suceso las fuerzas de seguridad ya estaban tras la pista de parte de la banda por lo que hubo que esperar unas semanas para su detención a pesar de que todos los indicios les apuntaban como los principales sospechosos para no dar al traste con la otra actuación, que buscaba desarticular una red con puntos de distribución en otras ciudades como Madrid o Salamanca. Según las pesquisas realizadas en su momento, el detonante de la discusión que acabó con la vida de Martín fue un tema de droga ya que asesino y víctima residían en el mismo edificio y el segundo custodiaba la misma con el objetivo de que la familia no fuera descubierta en caso de redada. La investigación policial ha permitido atar muchos cabos, como que el escayolista no murió en el acto sino que le dejaron agonizar en su casa. Las señales de las antenas de los móviles ha permitido ubicar a algunos de los implicados en el lugar de los hechos en los momentos posteriores a los disparos y el rastreo de llamadas, a pesar de la utilización de un lenguaje en clave por parte de la banda, también ha aportado luz sobre hechos que rodean al asesinato.