El Ayuntamiento de Miranda ha contratado por algo más de 46.000 euros la instalación del sistema de videovigilancia que presupuestó hace dos años. La inversión, que estará ejecutada en el plazo máximo de tres meses, servirá para controlar el tráfico en cuatro puntos de la ciudad del Ebro. Se trata de las intersecciones de la calle Ronda del Ferrocarril con Arenal y Condado de Treviño, así como, el final del puente Carlos III y la rotonda de la calle San Francisco, frente al colegio Sagrados Corazones. Según las estadísticas de Emergencias, esas zonas concentraron durante 2023 apenas el 7% de los avisos por accidentes de todo el municipio.

El 1-1-2 contabilizó a lo largo del curso pasado 143 colisiones de vehículos en el término municipal de Miranda, de las que únicamente 10 tuvieron lugar en la Ronda del Ferrocarril o en los otros puntos donde se colocarán cámaras. El balance resulta muy similar en las cifras relativas a atropellos, pues apenas 2 de los 17 casos registrados por el servicio regional de Emergencias se concentraron en los lugares seleccionados por el departamento de Seguridad Ciudadana para colocar el sistema de videovigilancia.

El concejal responsable, Pablo Gómez, apunta que «este es un punto de partida y la intención es poder ir ampliando dicho sistema para que abarque otras localizaciones en la ciudad, todo ello para un mejor control del tráfico y mayor prevención». El edil del PSOE asegura que tiene «puesta la vista en dos zonas». En concreto, adelanta que su objetivo pasa por control en «la parte peatonal de la calle La Estación tanto para los patinetes eléctricos como para las cargas y descargas; y la calle Ramón y Cajal y Arenal, que son dos vías de atención preferente».

De forma semejante a lo que ocurre con los cuatro primeros puntos seleccionados, las áreas que cubrirá la futura ampliación de la videovigilancia tampoco acumulan demasiados incidentes de tráfico.

Según los avisos recibidos por el 1-1-2, entre las calles La Estación, Ramón y Cajal y Arenal únicamente ha habido tres colisiones de las más de 140 que se contabilizaron en Miranda durante el curso pasado, así como, apenas dos atropellos de los 17 que se registraron. Es decir, los sucesos relacionados con el tráfico en esos puntos de la ciudad suponen un 3% del total. En cambio, otras vías, como la carretera Logroño, alcanzan los diez sucesos por sí solas.

En cualquier caso, esta segunda parte del plan que se ha marcado Seguridad Ciudadana todavía no es definitiva, ya que el edil explica que a lo largo de 2024 estudiarán «qué puntos serían mejores y si hay que llevar fibra óptica». De hecho, Gómez reconoce que a la hora de colocar videovigilancia se encuentran con un «problema», en tanto que «todos los lugares a donde se quiera llegar con cámaras van a estar condicionados por la existencia de fibra óptica, entonces si la hay se puede conectar, sino, habría que añadir el coste de la fibra».

El concejal insiste en que la actuación ya contratada «cumple con la normativa establecida en el Reglamento General de Protección de Datos». Precisamente, el Consistorio ha optado por controlar el movimiento de vehículos en lugar del vandalismo o la violencia callejera, como quería hacer inicialmente, porque revisaron otros «proyectos centrados en la seguridad ciudadana y se llegó a la conclusión de que a nivel burocrático lo más rápido es controlar el tráfico y, como también se tiene esa necesidad, se ha optado por ir por esta vía».

Mientras tanto, en la intersección de la calle Juan Ramón Jiménez con Ramón y Cajal se siguen sucediendo los actos violentos. Conforme a las cifras que maneja Emergencias, entre enero de 2022 y septiembre de 2023 estas vías sumaron el 40% de las peleas y agresiones, una tendencia que se mantuvo a finales del curso pasado. Y es que solo en diciembre acapararon hasta 8 sucesos de este tipo.