La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Vadocondes alberga en el coro alto, al lado del Evangelio, un órgano histórico. El instrumento fue construido en 1826 en Burgos por Josef Ruiz, y lleva más de medio siglo sin ser utilizado. En un estado bastante deteriorado, se hace imprescindible su restauración total con el desmontaje de todos sus componentes. Para llevar a cabo esta tarea, el consejo parroquial de Vadocondes ha iniciado una colecta o crowdfunding con el objetivo de reunir 30.000 euros en donaciones. Ya llevan 1.800, gracias al apoyo de los primeros 11 aportantes. Quedan aún 44 días para llegar a la meta y conseguir que el tesoro musical vuelva a brillar su música con luz propia.
En este enlace la página web Hispania Nostra se pueden realizar donaciones por cualquier cantidad sin recompensa, aunque ofrecen alicientes, como una visita guiada a la iglesia y su museo, otra por Vadocondes, pueblo declarado Bien de Interés Cultural; un recorrido privado para una, dos o cinco personas durante la obra de restauración, el estampado del logo de una empresa en la campaña de publicidad del proyecto y el apadrinamiento de un tubo lateral o los tubos centrales, a los que se les pondrá nombre.
El órgano es de gusto barroco, pero con un mueble de estilo neoclásico, y está decorado con una policromía de estilo jaspeado con colores marrones oscuros y verdes claros. Los remates de las columnas terminan en tonos dorados y la torre central está coronada por un medallón. Este instrumento histórico conserva casi todo su material, a excepción de algunos tubos interiores, que serían un total de 483 una vez completada la restauración. También «han desaparecido la trompetería exterior y el fuelle que alimentaba al órgano antaño», declara Mariano Giménez, sacristán del municipio.
El estado de la madera de pino que funciona como soporte del instrumento resulta bastante precario, con indicios de ataques generalizados de carcoma común, aunque todavía no han mermado su resistencia estructural ni sus características físicas. Existen algunos desgastes en la policromía, que a pesar de estar sucia no presenta graves daños, aunque sí destacan la falta de parte de remates y la rotura del medallón.
El teclado «es de origen, con las teclas naturales chapadas con hueso y los sostenidos con ébano», asegura Mariano. Para la restauración se desmontarán todas las teclas y se fijarán con bisagras de piel o pergamino nuevo. Además, se construirá un banco para el organista.
En un principio, el órgano tenía un fuelle paralelo con dos pliegues y dos bombas cuneiformes para su accionamiento, pero han desaparecido junto con las conducciones de canales de madera que distribuyen el aire al secreto. «Como ahora todo ha cambiado, se construirá una tapa flotante y se introducirá electricidad con un motor-ventilador silencioso especial elaborado para órganos», explica el sacristán sobre esta propuesta de la restauración, ideada para no elevar los costes de la intervención.
La tubería que compone la parte sonora del instrumento será restaurada con mucho cuidado para no alterar los elementos de armonización actuales. Se eliminarán las múltiples abolladuras en el cuerpo de todos los caños de metal y si es necesario se bajarán bocas y se quitarán los dientes posteriores.
OTRAS INICIATIVAS. En los próximos días se llevará a cabo una reunión en la que se presentará la campaña, que nace con la idea de mantener vivo el interés por la música del órgano, y con ello conseguir dinamizar la vida cultural en el pueblo y la zona a través de varias actividades que den conocimiento al instrumento.
Las opciones que se barajan pasan por la celebración de conciertos en verano, audiciones un viernes al mes para alumnos del Conservatorios Superiores de Música, o para niños en fechas próximas a Navidad, ciclos de verano expandidos por municipios de la comarca como Aranda de Duero, Peñaranda o Fuentelcésped, talleres de música con una semana de duración o visitas de colegios... Todo ello con la mirada puesta en revitalizar y potenciar la música de órgano en la Ribera del Duero.