En mayo de 2021 el Grupo Municipal de Podemos, por boca de su exconcejal Israel Hernando, ya llamó la atención sobre el hundimiento de la calzada al final de la calle Vitoria, frente a la fábrica de Bridgestone y junto al acuartelamiento Capitán Mayoral. Ahora, año y medio después, el equipo de Gobierno anuncia su intención de hacer un estudio que determine la causas y proponga una solución ante el avance del desnivel y teniendo en cuenta el elevado volumen de tráfico que soporta al ser una vía para salir de la ciudad o acceder a los polígonos industriales del entorno.
Sin embargo, la actuación tendrá que esperar, dado que no hay partida para poder licitar la redacción del proyecto. Habrá que esperar a la modificación presupuestaria que se llevará a cabo tras la incorporación de los remanentes de 2022 y se incorporen al de 2023, al menos así lo anunció el alcalde, Daniel de la Rosa, tras ser preguntado por Vox por este problema en la última sesión plenaria. «Hay que hacer una actuación a medio plazo», señaló.
Se confía en que a lo largo del próximo mes el área de Hacienda pueda ir perfilando las actuaciones a las que se destinarán los remanentes y la redacción de este proyecto será una de ellas tras el compromiso del alcalde. El desnivel de la calzada recuerda a lo sucedido en la avenida de Reyes Católicos, que tras años de parcheos fue necesario encargar un proyecto y convocar un concurso para su solución. Previamente, se cortó uno de los carriles de circulación frente al lado de los juzgados como medida de precaución. Las obras han comenzado hace unas semanas y serán unas de las de mayor envergadura a las que se enfrentará la ciudad en los próximos seis meses y que supondrán una inversión de más de 1,5 millones de euros.
El equipo de Gobierno no quiere que la situación vaya a más y por ello ha decidido tomar cartas en el asunto, dado que si el problema avanza será más costosa la solución como ha ocurrido en Reyes Católicos. De hecho, los conductores que usan a diario esta vía están observando que sus vehículos tienen que sortear el desnivel. También es un tramo muy usado por el transporte pesado que lleva mercancías al polígono Burgos Este, las naves de Pentasa o la fábrica de Bridgestone.
Avenida del Arlanzón. Una situación parecida puede observarse también en la avenida del Arlanzón, junto a la salida de los garajes que hay junto al bloque situado en el número 19, aunque de menores dimensiones. También se puede observar el desnivel cuando se circula por el carril más alejado del río. Este tipo de problemas también se dieron en La Flora y también en el barrio de Villatoro.
El geólogo Jesús María Preciado, autor de El estudio de riesgos geológicos de la ciudad de Burgos y su término municipal, publicado en 2020 por encargo del Ayuntamiento, considera que el problema puede achacarse al desvío de las aguas subterráneas para hacer las construcciones, lo que provoca que se disuelvan los materiales que están más abajo, que son yesos.
Este experto llega años explicando que, al utilizar grandes cantidades de hormigón, el agua no puede seguir su recorrido natural y se desvía produciendo el hundimiento del terreno, al tiempo que alerta de la necesidad de tomarse en serio este problema y hacer estudios geológicos para conocer el avance y proponer soluciones lo más rápidamente posible.