Destrozos en el castro prerromano de La Nuez de Abajo

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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El equipo de expertos que dirige el Proyecto Bravum alerta de que los movimientos de tierra incontrolados ponen en riesgo este asentamiento, con origen en la Segunda Edad del Hierro

Los trabajos arqueológicos se desarrollaron a lo largo de dos campañas. - Foto: Proyecto Bravum

Parece que no ha importado que el yacimiento arqueológico Páramo Ciudad de La Nuez de Abajo, que acoge los restos de un importantísimo castro prerromano con vestigios de la II Edad del Hierro, fuese reconocido por la Junta de Castilla y León como de alto interés, promoviendo una especial protección: los desmanes que, con cierta frecuencia, comete la maquinaria agrícola en este espacio que ocupa 84 hectáreas entre tierras de labor, lo están poniendo en serio riesgo. Así lo asegura el arqueólogo Eduardo Carmona, uno de los responsables del denominado Proyecto Bravum, como se dio en llamar este asentamiento en referencia a la ciudad que en este lugar ocuparon hace 2.000 años los turmogos, etnia que las fuentes clásicas sitúan en la zona central de la provincia.

«Hemos advertido en numerosas ocasiones que hay movimientos de tierra incontrolados y alteración de las paredes de las fincas en Páramo Ciudad. Hemos dado traslado tanto a la Junta de Castilla yLeón como al Ayuntamiento de La Nuez de Abajo para que intermedien y adviertan a las personas que están realizando estos movimientos, cuyos efectos pueden ser terribles. Hablamos de una zona de alto valor arqueológico, que tiene la máxima protección. Está excluida de la concentración parcelaria por dos razones: la presencia del castro de la II Edad del Hierro, que es Bien de Interés Cultural, y su conservado paisaje, que está heredado desde entonces».

Señala Carmona que han recogido en diversos informes esta situación que esperan se ataje cuanto antes. «Hay fortificaciones y construcciones de esa II Edad del Hierro que están mezcladas con las paredes de las fincas y que hace difícil identificar qué partes corresponden a unas y a otras. Esos movimientos afectan al patrimonio arqueológico y cultural. Estas acciones suponen un menoscabo a los valores que han permitido que se proteja el yacimiento; y se están realizando sin solicitar autorización alguna, que sería obligatorio, máxime tratándose de un espacio tan valioso. Aunque se encuentre en una propiedad privada, no podría moverse una sola piedra sin permiso. Hay una normativa que debe tenerse en cuenta y que no se está respetando», apostilla.

Imagen de uno de los muros destrozados por la maquinaria.Imagen de uno de los muros destrozados por la maquinaria. - Foto: Proyecto Bravum

Para este arqueólogo, codirector del yacimiento, esos movimientos afectan directamente al patrimonio. «Estamos hablando de daños que pueden ser constitutivos de delito. Y daños que pueden ser muy graves. Valoraremos, especialmente con la fotografía aérea, cómo han afectado esos últimos movimientos. Lo veremos después de que cosechen las fincas, ya que ahora el cereal está muy alto y es difícil apreciar el impacto. Y no queremos pisarle el sembrado a nadie. Cuando excavamos, tratamos de hacerlo sin menoscabar los derechos de otras personas», apunta. 

Recuerda Carmona que Páramo Ciudad es uno de los yacimientos, desde el punto de vista de su extensión, más grande de la II Edad del Hierro de cuantos existen en la provincia. Comenzaron a trabajar allí en el año 2017. «Y hemos acreditado la presencia de una importante secuencia estatigráfica con restos conservados de cabañas con origen en el siglo V a.C. y otras posteriores. Tiene un potente recinto defensivo fechado en la mitad del siglo I a.C., cuando aparece por estas tierras el Imperio Romano. Hemos intervenido en un pequeño espacio de esas 84 hectáreas, pero gracias a las últimas investigaciones realizadas en el laboratorio, sabemos que hay miles de estructuras arqueológicas subterráneas, cerca de 3.000. Es un yacimiento con un potencial enorme para estudiar el impacto de la llegada de los romanos a estas tierras». 

No habrá trabajo de campo este verano en el yacimiento. «Pero vamos a seguir haciendo investigaciones de laboratorio. Lo que sí haremos será alguna prospección a partir de las imágenes aéreas, donde hemos detectado algún yacimiento inédito y muy prometedor que se puede relacionar con éste», añade.

La ciudad de Bravum. Desde el siglo XVIII, distintos investigadores e historiadores han localizado en este cerro del Valle de Santibáñez la ciudad de Bravum, que ocuparon los turmogos. «Tal relación se establece en base a los hallazgos, todos realizados sin concurso de metodología científica, de piezas presuntamente procedentes de este lugar: cerámicas a mano, torneadas, de pastas anaranjadas y, decoradas en ocasiones con motivos geométricos pintados, terra sigillata, fíbulas y algunas monedas, entre las que se mencionan algunas del emperador Tiberio». 

Los resultados obtenidos en las campañas de 2017 y 2018 fueron espléndidos. «Han permitido mejorar considerablemente la cantidad y, sobre todo, la calidad de la información relacionada con este lugar. El buen estado de conservación de la evidencia arqueológica detectada y el gran potencial informativo del yacimiento han redundado en la obtención de una información muy prometedora. Por esta razón el proyecto pretende dar continuidad a las actuaciones. Entre otras cosas porque, si bien buena parte de la problemática que justificaba la necesidad de investigar en Páramo Ciudad se ha resuelto, aún permanecen preguntas sin respuesta a las que se han sumado, como suele ser habitual, algunas cuestiones nuevas», explican los arqueólogos en el proyecto.

Así, se sabe que la muralla que circundó la ciudad se halla en buen estado, conservando su porte íntegro, así como la práctica totalidad de su morfología, sobre todo hacia el exterior. «Se puede afirmar que Páramo Ciudad es un cerro fortificado en la segunda Edad del Hierro: está defendido por un gran recinto de origen antrópico, monumental. Es posible que este recinto fortificado sea más complejo que lo conocido hasta el momento, puesto que sospechamos que, al menos una parte de los taludes de las laderas pudieron conformar, junto a las defensas superiores, un sistema multivallado. El trabajo que actualmente tenemos en marcha trata de determinar si esto es así y, además, establecer la cronología del mismo, por cuanto se conocen dos momentos de delimitación del espacio con defensas monumentales. En todo caso, tanto por tamaño, como por los elementos arqueológicos documentados hasta el momento, no cabe duda de que Páramo Ciudad se puede considerar sin ambages un oppidum indígena. Si se corresponde con Bravum o no, es una cuestión que queda pendiente de momento», subrayan en su informe.