El próximo jueves, 1 de febrero, empieza a aplicarse el Expediente de RegulaciónTemporal de Empleo (ERTE) en la planta de Grupo Aluminios de Precisión (GAP). Dirección y sindicatos han estado negociando durante las últimas jornadas para tratar de alcanzar un acuerdo sobre las condiciones laborales de los cerca de 180 trabajadores de la planta del polígono de Villalonquéjar.
Sin embargo, tal y como apuntan desde el comité de empresa, el periodo se ha cerrado sin pacto. «Es una frustración», confiesan desde CCOO y UGT. Ante esta situación, los representantes de los empleados han trasladado a la Inspección de Trabajo las dificultades a la hora de discutir el expediente. Acusan a GAP de centrarse en la retirada de la demanda del calendario laboral del 2024 para poder llegar a un punto de acuerdo. La firma, explican, «impuso» las vacaciones a la plantilla sin acuerdo e incumpliendo el estatuto de los trabajadores. Es más, aseguran que en el seno del Serla se ofreció una salida consensuada a esta cuestión, opción que tal y como apuntan UGT y CCOO la compañía rehusó.
De este modo, el ERTE arrancará la semana que viene y concluirá el 30 de noviembre. Constara de una semana al mes de paro total de la planta hasta un máximo de 49 días (siete semanas). Con 7 jornadas de antelación, en caso de existir carga de trabajo suficiente, se comunicará a los trabajadores su exclusión del ERTE. Además, se deberá comunicar a cada empleado mediante una carta a su domicilio el inicio del expediente. Del mismo modo, recuerdan desde el comité que durante el periodo de afección de esta herramienta quedan prohibidas las horas extras y la contratación eventual.
Las causas que según los sindicatos han llevado a Grupo Aluminios de Precisión a solicitar este ERTE son, básicamente, la pérdida de contratos que sufren desde hace unos meses. El problema de la multinacional Siemens Energy (propietario de la vasca Siemens Gamesa), que ha tenido que ser rescatada por el Gobierno de Alemania a través de la inyección de 15.000 millones de euros, ha provocado un terremoto en el seno de GAP.
Esta firma solía ser uno de los clientes más rentables para la empresa burgalesa. Además, han notado también el desplome de contratos con firmas agrícolas.
Abriendo camino. Grupo Aluminios de Precisión (GAP) fue la primera compañía que se instaló en la cuarta fase de ampliación del polígono de Villalonquéjar. La industria impulsada inicialmente por el Grupo Joserol (originario de Mondragón, Guipúzcoa) con el 45,1% de las acciones, la empresa constructora burgalesa Jopisa con el 30% y Caja de Burgos con el 24,9% restante, empezó a fabricar piezas de aluminio en la primavera de 2008.
Se localiza en una parcela de 42.000 metros cuadrados en los que invirtió hace una década y media 25 millones de euros. Especializada en numerosos sectores -desde la energía hasta las bombas de vacío pasando por el ferrocarril, la medicina o el vehículo eléctrico- ha invertido recientemente en la instalación de una planta fotovoltaica de 1,5 MW.