Los lobos no dan tregua y los vecinos de Huérmeces y su entorno duermen con un ojo abierto y los oídos bien alerta, después de que en la madrugada del martes al miércoles un ataque de lobos entrara en una de las naves donde pernocta un rebaño de ovejas y acabara con 16 ejemplares y causara daños en dos madres que acabaron abortando.
La ganadera titular de la explotación, Ana Belén Antón y su marido recordaban el miércoles, invadidos por una enorme tristeza y, sobre todo, por una creciente impotencia, que era la primera vez que los cánidos se aproximaban tan cerca del casco urbano del pueblo, ya que las dos naves apenas están a 600 metros de su casa. Otro recordaba que no solo a los pueblos, sino a las ciudades, ya que Huérmeces está a apenas 20 kilómetros de Burgos capital.
Esa cercanía entre la vivienda y la explotación ganadera, en la que tienen 1.000 cabezas de raza churra, permitió al matrimonio la madrugada del viernes percatarse de que de nuevo los lobos se acercaban al ganado. Eran casi las 2 de la mañana cuando comenzaron a oír ladrar de forma exagerada a sus perros, los dos mastines y los otros tres de carea que también tienen para 'guardar' las granjas.
Temiéndose lo peor, se acercaron hasta las instalaciones; ni rastro de lobos ni, afortunadamente, ovejas muertas esta vez -el jueves cubrieron el invernadero de chapas para mayor protección-, pero tampoco pistas de los perros y sí la evidencia de que uno o varios lobos se habían acercado hasta las instalaciones poniendo en alerta a los canes que salieron corriendo tras estos.
(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)