En un verano marcado por condiciones climáticas adversas, con grandes olas de calor y fuertes descargas tormentosas, la producción de patatas se ha visto afectada, tanto en España como en el resto del continente, por el secado prematuro de la mata, lo que le hace perder apariencia, otorgando un peor aspecto visual al tubérculo, aunque esto no afecta en absoluto a sus cualidades culinarias y puede consumirse con idénticas confianza y garantías sanitarias que cualquier otra campaña.
Ese peor aspecto supone una dificultad añadida para la comercialización del producto, pues aparte de una presencia mucho menos lucida, el secado antes de tiempo motiva que toda la patata venga «de golpe», explican desde COAG, aumentando la problemática de almacenamiento de la misma, ya que no se puede dejar el tubérculo en la tierra, pero tampoco es posible acumularla en almacenes convencionales a consecuencia de las todavía altas temperaturas.
La organización agraria considera que la situación de la patata es muy complicada y reclama a la distribución alimentaria que adapte sus exigencias respecto al aspecto de los tubérculos para la comercialización a los condicionantes agroclimáticos de la presente campaña. No hacerlo podría incluso provocar el desabastecimiento de patatas en las tiendas.
Además, COAG apela a los consumidores a que compren producto nacional para evitar el desplazamiento de los tubérculos españoles, que sufren las mismas condiciones adversas que patatas de otras zonas europeas, como Francia, evitando que éstas últimas inunden nuestros mercados.
Después de una campaña pasada en la que los precios llegaron a descender de los seis céntimos de euro en algunos casos, este nuevo problema probablemente no ayudará a los agricultores a mejorar sus beneficios con este cultivo tan arraigado en España.