Hace un mes que terminó la epidemia invernal de gripe, pero la dirección del HUBU ha decidido mantener operativa la planta de aislamiento -la séptima del bloque H- como medida preventiva ante un posible repunte primaveral. Sobre todo, porque los últimos dos años se produjo un segundo pico de contagios en marzo y abril, con tasas propias de la época epidémica e incluso más altas que las registradas en las semanas más frías del año. Ahora, según la última información oficial de los epidemiólogos de la Junta, las incidencias de gripe, bronquiolitis y covid son muy bajas.
La última planta de hospitalización del bloque H tiene unas características distintas a las del resto, con un sistema de ventilación específico, así como presiones diferentes para evitar la diseminación de virus y otros gérmenes, entre otras cosas. Se abrió por primera vez en marzo del 2020, cuando empezó la pandemia por coronavirus y no se volvió a cerrar hasta el pasado verano, tres años después. Sin embargo, se dejó preparada para el uso inmediato como parte del plan de contingencia del hospital frente a las infecciones respiratorias agudas. Y, así, ante la eclosión gripal de las pasadas Navidades, se optó por abrirla en Año Nuevo. Y, según confirmaron fuentes oficiales, así seguirá, a pesar de que las hospitalizaciones por gripe y otras patologías respiratorias como bronquitis, bronquiolitis o covid han caído en picado.
A mediados de febrero, de hecho, apenas había una veintena de pacientes ingresados en todo el HUBU por complicaciones propias de alguna de estas enfermedades, mientras que a mediados de enero había un centenar de hospitalizados a la vez solo a causa de la gripe. Y a esos se añadían otras cincuenta personas con virus respiratorio sincitial (el principal causante de las bronquiolitis) y la enfermedad del coronavirus (covid).
El plan de contingencia frente a las infecciones respiratorias suele activarse solo en invierno, que es la época de mayor incidencia de estas enfermedades. Pero la temporada de gripe no acaba hasta mayo, por lo que Sacyl ha pedido a los hospitales que estén preparados para un posible repunte; máxime desde que la irrupción del SRS-CoV-2 modificara el comportamiento de los demás virus. Y así, después de tres inviernos sin apenas presencia de la gripe, las dos últimas primaveras se caracterizaron por incidencias relativamente altas para la época y, sobre todo, en niños menores de 5 años.