El oso ha entrado esta misma semana en la provincia burgalesa y ha destrozado una treintena de colmenas ubicadas en el entorno de Espinosa de los Monteros, como así lo denuncia el apicultor Ángel Nava. «Sabemos cómo actúa por los compañeros de Asturias y este es el primer ataque que hay aquí en la comarca de Merindades; al llamar a los guardas de Medio Ambiente nos dijeron que aquí no había osos pero estábamos seguros porque somos profesionales y al llegar aquí no han tenido ninguna duda», explica. Así, detalla que cuando ayer acudieron al lugar los agentes confirmaron que este animal había causado los daños.

Desde esta explotación de la comarca de Merindades destacan que cuando vieron el estado en el que habían quedado los colmenares tenían claro lo que había sucedido. «El oso tumba las colmenas, las mueve del sitio para que no le piquen mucho las abejas y luego va sacando los panales para comérselos, solo este animal aguanta los picotazos de las abejas y cualquier otro tiraría una caja y se iría corriendo», expone Nava. «Separan las cajas para que no le piquen tanto y las mueven de un lado a otro para comerse toda la cera y la miel», desarrolla sobre la forma de actuar.

Este apicultor, que lleva toda la vida dedicándose a esta profesión y que ahora se ha jubilado cediendo el testigo de la explotación a su hija, Ariadna Nava, reconoce el principal «miedo» reside en que esto se convierta en algo frecuente en la provincia y teme que genere continuos destrozos. «Aquí ha encontrado una comida muy fácil porque no estamos preparados, no estamos acostumbrados, y tampoco tenemos medidas contra ellos», resume. Las explotaciones como esta suelen tener alrededor de unos 500 colmenares, pero «el tema es que el oso está ahí y que seguirá atacando...».

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