Está claro que no corren buenos tiempos para las reivindicaciones de Burgos en materia de infraestructuras. La cuestión está en saber qué estrategia seguir mientras la situación siga en contra. En términos marineros tendríamos que saber qué hacer mientras el temporal esté arreciando. Para nosotros, el temporal se llama Óscar Puente y es el ministro del ramo que más nos interesa. Recuerde… Burgos exige respeto y futuro.
Lo primero es determinar cuánto puede durar el mal tiempo. La respuesta es incierta ya que depende de muchos factores y ninguno de ellos está en nuestras manos. Además, hay que ser realistas y Puente ha encontrado el papel de su vida habiendo aprovechado al máximo aquella intervención en el Congreso de los Diputados en la que labró su presente político ante el gran líder Sánchez. Todo apunta a que ha consolidado esa posición de azote de la derecha permitiéndosele decir cualquier disparate que se le pase por su cabeza sin que tenga repercusión alguna. Y lo peor es que cuando se ha pronunciado sobre cuestiones que afectan al futuro económico de Burgos, especialmente el ferrocarril directo con Madrid, ni siquiera sus compañeros de partido se ven con capacidad suficiente como para contrarrestar. Tampoco el máximo responsable socialista de Burgos y Castilla y León parece encontrar el tono ni disponer de la fuerza necesaria para pararle los pies al ministro lenguaraz.
Volviendo al temporal, lo que hace un marinero experimentado es evaluar si afronta el mal tiempo poniendo en riesgo su barco e integridad física o si ha llegado el momento de correr la tempestad minimizando los daños a la espera de una mejora de las condiciones. Para Burgos, creo que es momento de buscar un puerto en el que refugiarse hasta que las condiciones permitan rearmarse para seguir la faena. Otra cosa no haría más que desgastarnos en una lucha desigual contra un ministro respaldado que se sabe dueño del mango de la sartén. Y mientras tanto, quizás fuese buena idea plantear una lucha legal por exigir responsabilidades por la falta absoluta de acción para desalojar la legendaria máquina bateadora que bloquea una infraestructura pública. Alguien tendrá que responder.