Ya falta menos para que el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) tenga todas sus instalaciones al completo. Ayer se presentaron en sociedad los dos aceleradores lineales del servicio de Oncología Radioterápica, probablemente la tecnología más vanguardista de todo el centro sanitario y la más delicada porque, a pesar de que ya están instalados aún faltan muchos meses para que los pacientes puedan ser tratados. La jefa del área, Mercedes Teijeira, aseguró que en septiembre ya se podrá empezar a ver a enfermos.
La razón es que esta maquinaria necesita unas comprobaciones muy precisas, constantes y bajo diferentes circunstancias, además de tener al cien por cien mecanismos de seguridad muy complejos que tienen que funcionar como un reloj, todo lo cual tardará unos siete meses en concluirse. En cualquier caso, el consejero de Sanidad, Antonio Sáez, quiso ayer conocerlos in situ y se acercó un momento al hospital antes de ir a Miranda a ver las obras de reforma del Santiago Apóstol. Pero no les podemos contar qué le parecieron porque no tuvo a bien hablar con los periodistas aunque sí tomó un café con todo el equipo directivo del HUBU.
«La puesta en marcha de los aceleradores supone un salto cuantitativo y cualitativo muy importante porque, además de poder tratar a más pacientes de los que vemos ahora, se van a poder desarrollar tratamientos más sofisticados con técnicas avanzadas como la radiocirugía y la radioterapia de intensidad modulada», explicó la doctora Teijeira, quien acompañó al consejero en su visita junto al jefe del servicio de Radiofísica, Javier Sánchez, y destacó que con esta nueva tecnología Burgos se va a convertir en centro de referencia para toda la región.
La radiocirugía se realiza con un equipamiento que se añade al acelerador. Es un tratamiento con altas dosis de irradiación a niveles muy precisos de manera que se consigue un efecto quirúrgico, como si la lesión se extirpara con la radiación. Se trata de una técnica que puede utilizarse para patologías benignas (como, por ejemplo, malformaciones arteriovenosas) y malignas (tumores y metástasis).
La radioterapia de intensidad modulada -también integrada en el acelerador- se emplea en tumores localizados (por ejemplo de pulmón o de hígado) a los que se les puede dar una dosis muy alta de radiación en pocas sesiones y con poca toxicidad.
Oncología Radioterápica atiende anualmente a unos 800 pacientes y cuenta con 5 médicos. Su jefa espera que la nueva tecnología venga acompañada de un incremento de personal.