El 1 de enero de 2021 entró en vigor el nuevo mapa de autobuses urbanos que redujo las líneas de 32 a 23 y dibujó nuevos recorridos que, tras cuatro años de funcionamiento, necesitan algunos retoques, bien debido al crecimiento de la población en algunas zonas de la ciudad o a las nuevas necesidades de desplazamiento que han ido surgiendo.
Los barrios situados en la zona oeste (Fuentecillas, San Pedro de la Fuente o San Juan Bautista) reclaman mejores conexiones con los centros educativos a los que deben acudir sus vecinos más jóvenes al carecer de instituto y también al polígono docente del Vena, donde se concentran los estudios de formación profesional, y más frecuencias dado que las actuales se han quedado cortas para el volumen de población.
Las zonas periféricas (La Ventilla, Cortes, Castañares o Villatoro) necesitan que el servicio se refuerce los fines de semana para las personas que tienen que trabajar al reducirse drásticamente el horario y que se mejoren las conexiones con otras líneas para hacer transbordo y llegar a la Universidad o al centro.
Aunque el mapa de líneas mejoró el acceso al Hospital Universitario (HUBU) o a la estación del tren, las quejas arrecian ahora por la decisión de que al menos 64 vehículos de los 560 que paraban a diario en el interior del recinto sanitario ya no lo hagan desde septiembre en una decisión del Servicio de Movilidad y Transportes para mejorar la fluidez y no colapsar la parada.
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