El equipo de gobierno de Oña pretende reconvertir el antiguo cuartel de la Guardia Civil, clausurado desde 2011, en un bloque de 5 viviendas sociales para responder a la escasez de oferta inmobiliaria en la localidad y duplicarla. La rehabilitación integral del inmueble, incluido el garaje y el patio exterior, dependerá de la concesión de una ayuda europea a la que el Ayuntamiento ha recurrido con un proyecto cuyo presupuesto alcanza el millón de euros.
La propuesta municipal contempla dotar al edificio -de 560 metros cuadrados- con dos pisos destinados a jóvenes para garantizar que se mantengan en la villa y facilitar a la vez su independencia, otros dos a nuevos empadronados y un quinto reservarlo a personas vulnerables o víctimas de violencia de género.
La anterior corporación municipal liderada por el PSOE buscó diferentes vías de financiación sin éxito para llevar a cabo la reparación del espacio y arrendar las viviendas a bajo coste. Llegó a presentar una memoria al programa Rehabitare de la Junta, pero finalmente quedó excluida por incumplir algunos requisitos que exigía la convocatoria.
Además de mejorar la envolvente térmica y la cubierta, con el proyecto presentado en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia se pretende «crear nuevos espacios acordes a los nuevos usos programados, acondicionar la accesibilidad mediante un ascensor y una rampa de acceso a la planta baja, y equipar los 5 pisos al completo», explica la alcaldesa, Belén Paramio. Consciente de que se trata de una inversión «muy potente», confía en que la idea «convenza» para poder desarrollarla porque la localidad «necesita más inmuebles de carácter social», añade.
Del importe total de la inversión, 909.649 euros irán a parar a la obra civil, 62.304 al equipamiento y 79.506 a los honorarios técnicos. En la actualidad, el antiguo edificio se encuentra en desuso y para mejorar su conservación la regidora considera que debe tener una «utilidad completa» ya que, en el caso contrario, el estado de las «zonas inutilizadas empeorará».
Punto de información. Por otro lado, con el fin de facilitar la búsqueda de un domicilio -sobre todo a aquellos que no tengan ninguna vinculación con la villa- desde el Ayuntamiento han planteado la creación de una bolsa de viviendas adaptadas para ser ocupadas. Paramio explica que «no pretenden cumplir funciones de inmobiliaria», simplemente «poner en marcha un punto de información para ayudar a las personas que necesiten asesoramiento».
La idea consiste en reunir las máximas casas posibles para darlas salida, tanto municipales como privadas, de esta manera los propietarios de inmuebles que pretendan alquilar -ya sea por periodos cortos o más largos- podrán acudir a las oficinas municipales para que desde allí les incluyan en la bolsa. Por el momento «ningún particular» ha dado el paso, pero la alcaldesa asegura que «cantidad de gente» se dirige al Consistorio para preguntar por oportunidades de alquiler. «Con la bolsa de viviendas nos planteamos, además de atraer y ayudar a personas que buscan un nuevo hogar, evitar que las viviendas deshabitadas se deterioren por falta de uso», sentencia.
Destinarán una zona del colegio a centro de emprendimiento. El espacio acondicionado en el antiguo matadero municipal oniense como vivero de empresas no será, a priori, el único que el Ayuntamiento ofrecerá a los emprendedores y empresas que quieran establecerse y desarrollar sus actividades en la localidad. Como «proyecto complementario» a la rehabilitación de las viviendas, la corporación ha presentado a la misma convocatoria de ayudas (en zonas afectadas por la transición energética) la memoria de las actuaciones requeridas para transformar una zona parcial del colegio San Salvador, inutilizada desde hace más de una década, en un local destinado al emprendimiento y a la innovación digital (CeId).
La inversión para ejecutar las actuaciones previstas asciende a 603.156 euros y, a diferencia de la nave nido, a falta de una segunda fase para dar por finalizadas las obras, «pretendemos acondicionar las instalaciones con despachos, un pequeño auditorio y salas de reuniones», explica Belén Paramio, alcaldesa de Oña. Se trata de un lugar pensado para fomentar las iniciativas de los emprendedores, diseñado principalmente para aquellos que desean crear una empresa o pretendan ofrecer formación a otras personas. «Son conceptos diferentes. En el matadero ofreceremos, además de un lugar físico en el que poder trabajar y desplegar la actividad, todo un ecosistema de apoyo a las empresas de reciente creación», aclara la regidora.
La anterior corporación municipal también barajó la posibilidad de ubicar en el antiguo cuartel otro segundo espacio coworking y llegó incluso a presentar un proyecto de 509.502 euros a la convocatoria de ayudas de Transición Justa de Garoña. Finalmente, no fue seleccionado.