Plaza de Santa Teresa, Burgos, 9 de la mañana. La niebla apenas deja ver un palmo más allá. Nueve viajeros se disponen a subir a un autobús para un trayecto que no es uno más. No llevan equipaje, se saludan entre ellos porque se conocen de la comarca, y acceden dentro con la ilusión de quien estrena algo, porque realmente lo hacen. Ya acomodados, el vehículo arranca. Es el primer medio de transporte de viajeros que recorrerá parte de Tierra de Lara desde que el ferrocarril Santander-Mediterráneo cesara su actividad hace 4 décadas. De ahí la expectación por este primer trayecto entre Burgos y Salas atravesando la comarca.
Nada más salir de la capital el cielo se abre. Está totalmente azul y la escarcha de los campos a un lado y a otro de la carretera es el paisaje que acompaña en esos primeros kilómetros. «La iniciativa nos parece muy buena y hay que aprovecharla. No nos queríamos perder el primer viaje», coinciden varios de los usuarios en relación a este proyecto, liderado por el Ayuntamiento de Mambrillas de Lara en estrecha colaboración con otras seis localidades de esta comarca. Ellas se hacen cargo del 30% del coste del servicio por un año, el 70% lo aporta Sodebur a través de una ayuda que les concedieron y para los usuarios es gratis el trayecto.
Cubillo del César es la primera parada. Allí se baja pasadas las 9.30 horas María Rosa Eras Díez para pasar la mañana en el pueblo. Despide al autobús a pie de carretera y se adentra en sus calles, mientras el resto continúa su trayecto. En los apenas 3,6 kilómetros que separan Cubillo de Cubillejo de Lara, Francisco Gil cuenta que se apeará en Campolara, donde nació, aunque reside en Burgos. «Tengo dos motivos para ir, uno para podar un rosal, que es la época ahora, y otro para cobrar el décimo de lotería de la Asociación Tierra de Lara, que tocó», explica el hombre, que detalla que quizá en otro momento hubiera hecho el trayecto con su coche particular. «Pero qué mejor momento que hacerlo hoy y así compartir el día del estreno con otros vecinos de la comarca».
Pasando junto a la bella iglesia de Cubillejo de Lara. - Foto: PatriciaPodar unos árboles y pasar unas horas en el pueblo, para dar una vuelta a la casa, es el motivo por el que Natividad Mazagatos y José Luis Blanco se han subido en el autobús en Burgos, donde residen. Ellos son de Lara de los Infantes y allí tienen una vivienda en la que habitan más de continuo en los meses de mejor tiempo. «Estamos muy contentos de que hayan puesto este autobús, creo que así vendremos más. Para las personas que nos vamos haciendo mayores es una ventaja contar con este servicio. Y en verano puedo ir en él a comprar a Salas, sin depender de que mi marido o alguien me lleve en coche», comenta ella.
También Gabino Burgos y Ángela Carrancho creen que usarán este transporte más durante el estío. Ayer fueron de Burgos a Salas por «acompañar» en la puesta de largo de la línea, pero en verano, cuando más tiempo están en su casa de Cubillejo, lo utilizarán más. «Quizá casi todos los días», añade ella en relación al servicio, que ahora es quincenal, pero en julio y agosto será semanal. Entre la charla, el vehículo se presenta en Cubillejo de Lara. Allí se suben tres personas más, la pareja formada por Olga Barral y Nicolás Burgos y Javier Herrero, alcalde de Cubillejo y de Mambrillas. «Los vecinos están encantados, saben que tienen este servicio y que pueden disponer de él cuando lo necesiten. El trayecto en sí es ya una oportunidad para que se encuentren y hablen», afirma.
Las conversaciones surgen más espontáneas según avanzan las paradas y se montan más viajeros en Quintanilla de las Viñas, Paúles, Lara, Campolara y Mambrillas. Hasta Salas llegan 18, es momento de dar una vuelta por el mercadillo, hacer recados, compras, tomar un café o ir al médico. Lo que sea, pero al menos tienen la posibilidad de acceder a la localidad de referencia en servicios. Y a las 13.30, hora de regreso. Unos a sus pueblos y otros a la capital desde los suyos.