La tuberculosis sigue presente entre nosotros y aún hay casos que desmienten que se trata de una enfermedad erradicada, con la aparición de los antibióticos. No es una patología exclusiva de los países en vías de desarrollo. Considerada como la ‘enfermedad de los pobres’, la tuberculosis todavía infecta a un tercio de la población mundial y causa aún mucha mortalidad en el Tercer Mundo aunque España tiene unas bajas tasas de actividad, que rondan los 15 casos por cada 100.000 habitantes. Pero su escasa incidencia no debe implicar su olvido. La realidad así lo demuestra, incluso en ámbitos como el educativo. Es el caso de dos estudiantes del Instituto de Educación Secundaria Ribera de Duero de Roa que han incubado la enfermedad y otros 20 jóvenes -de dos clases de Bachillerato- que han sido infectados.
El descubrimiento del primer caso de tuberculosis en Roa de Duero tuvo lugar hace más de un mes en el entorno familiar, ya que una de las estudiantes fue contagiada por su hermano mayor. Fue el caso índice o inicial y después se puso en marcha, a mediados de marzo, todo el proceso para evaluar y detectar si existía algún otro caso en el instituto donde estaba matriculada la joven. Es el llamado estudio de contactos de proximidad en los lugares donde pase más tiempo el enfermo como es su centro educativo. Tras las primeras pruebas, se encontró una nueva persona infectada. Se trataba de otro alumno del instituto.
Ambos cursan Primero de Bachillerato, aunque uno por la rama de Ciencias y otro por la de Letras. Bien es cierto que los adolescentes comparten materias y coinciden varias horas a la semana en el mismo aula.
La adolescente ya se incorporó antes de las vacaciones de Semana Santa al instituto mientras que el chico no había regresado a las aulas. En ninguno de los casos ha sido necesario el ingreso hospitalario. Lo habitual es que con 15 días de tratamiento de un combinado de 3 antibióticos no sea necesario estar aislado. Eso sí, estos dos enfermos deberán prolongar esta medicación entre 6 y 9 meses.
El jefe del servicio de Epidemiología de la Junta en Burgos, José Luis Yáñez, trata de restar importancia a estos casos de tuberculosis en Roa de Duero pero es consciente que requieren de tratamientos de larga duración y que siempre causan incomodidades. Incluso, al detectar a la primera enferma, se decidió suspender un viaje de estudios programado en Bachillerato, porque las pruebas de contactos llevaban un tiempo. El objetivo era claro: no podía autorizarse que algún joven viajara enfermo a otra Comunidad Autónoma. El tiempo, al final, ha determinado que fue algo acertado, puesto que se detectó otro caso de tuberculosis. «Lo peor hubiera sido mirar hacia otro lado y olvidarnos del asunto, pero nuestra obligación como autoridad de salud pública es garantizar a la comunidad», sentencia.
La provincia suele registrar cada año una media de 50 casos de tuberculosis. En 2011 bajó hasta los 36 casos declarados, lo que supone tener una tasa de actividad inferior a 10 por cada 100.000 habitantes. Yáñez reconoce que este tipo de episodios causa «cierta preocupación» porque hay quien aún tiene esa imagen romántica de una enfermedad como la tuberculosis. No en vano, en la reunión que mantuvo con el equipo directivo, profesores y padres de los alumnos del centro trató de desmitificar esa idea.
La tuberculosis está causada por una bacteria del complejo Mycobacterium tuberculosis y es una enfermedad que se transmite por vía aérea, ya sea al hablar, toser o estornudar. Es una patología que afecta fundamentalmente a los pulmones.
Yáñez apunta que cuando la tuberculosis se da en el ámbito educativo requiere muchos estudios puesto que los alumnos permanecen durante muchas horas en una aula y el contacto es amplio y prolongado. El protocolo marca la obligatoriedad de analizar cada persona cuando hay un contacto por intimidad, intensidad y frecuencia. Algo similar ocurre cuando existe una infección en el entorno laboral.
El Servicio Territorial de Sanidad, dependiente de la Junta de Castilla y León, ha llevado a cabo el protocolo para este tipo de patologías, que se prolonga bastante tiempo. Tanto 13 profesores como 29 alumnos que han estado en contacto con los enfermos han acudido al centro de salud de Roa para someterse a las sencillas pruebas en la piel (test de la tuberculina). Cuando ha habido algún caso positivo -20-, el médico de Atención Primaria les ha derivado al servicio de Medicina Interna del Hospital Santos Reyes de Aranda de Duero -centro de referencia para esa zona- para realizar una prueba radiológica. Además, están obligados a tomar un antibiótico durante seis meses para que no se pongan enfermos.
Hablamos de 20 personas infectadas que no tienen por qué desarrollar la enfermedad, gracias a su sistema inmunológico. El 90% de los que se infectan no va a desarrollar nunca la tuberculosis. Un porcentaje que, incluso, se ha cumplido en este brote en Roa. Han sido necesarios 22 casos para encontrar dos enfermos.
divulgación. Yáñez aboga por la labor de divulgación y de educación, aunque es consciente de la dificultad. Cita, por ejemplo, que hay que diferenciar la infección de la enfermedad, el tipo de estudio, el tratamiento preventivo para los infectados y otro para los que están enfermos. Pero también hay diferentes síntomas -expectoración, a veces con sangre en el esputo, fiebre, sudoración, falta de apetito y pérdida de peso- pero la historia clínica es muy variada. En todo caso, Yáñez destaca la colaboración que ha encontrado en el equipo directivo del instituto Ribera de Duero y en el coordinador del centro de salud de Roa.
«Lo más peligroso para difundir la enfermedad es tener pocos síntomas y estar mucho tiempo sin tratamiento», explica. Es lo que ocurre con algunas personas que piensan que sufren una gripe, un catarro mal curado o una alergia, ya que el enfermo está con bacilo tuberculoso y con riesgo de contagio de la enfermedad. Lo ideal es la detección precoz de la infección para el rápido tratamiento del enfermo. «El diagnóstico de la enfermedad no es difícil, lo importante es que el médico sospeche que los síntomas están relacionados con la tuberculosis», matiza. De ahí que se haya pedido a los profesionales sanitarios de Roa elevar la sospecha diagnóstica y estar alerta para detectar posibles casos.