Donde no se ha permitido la instalación de parques eólicos, e intentos ha habido, no tiene sentido que se autorice proyectos mineros. Así al menos piensan los vecinos de las pedanías de Villadiego que han comenzado a organizase para preservar la riqueza natural del Valle de Los Valcárceres y Villanueva de Puerta, en pleno Geoparque de Las Loras, y reclamar a la Junta de Castilla y León que no autorice sendos proyectos mineros para la extracción de arenas silíceas.
En la España Vaciada poco más se puede organizar en enero que una recogida virtual de firmas. Y por ahí han empezado, explica Fidel Pérez, presidente de la Asociación Salvemos El Valle de Los Valcárceres, con el objetivo de hacerse oír y abonar el terreno para, a partir de Semana Santa, cuando los pueblos se desperezan, organizar charlas con expertos que incidan en el valor medioambiental de la zona y, llegado el caso, movilizaciones de protesta. «Cuanto antes podamos paralizarlo, mucho mejor», apunta también en referencia al promotor del proyecto, al que no quieren perjudicar.
Porque el proyecto de Los Valcárceres se encuentra aún en un estadio inicial, con la tramitación del permiso de investigación. En marzo de 2023 se publicó su admisión y se dio plazo a los interesados para que presentaran alegaciones. Algunos vecinos lo hicieron a título particular -porque la asociación se constituyó más tarde- y aún no han recibido contestación de la Sección de Minas del Servicio Territorial de Industria de Burgos.
Ese permiso calculan que engloba a una superficie aproximada de 1.560 hectáreas, prácticamente todo el pueblo, que está dividido en tres barrios, aunque presumen también la zona que más puede interesarle a la minera. «No nos va a traer ningún beneficio, solo perjuicios ambientales, económicos y sociales», resume Pérez. Entre ellos, apunta la gran cantidad de agua que necesitan las explotaciones de arenas silíceas para cribar el material en grandes tolvas y humedecer la planta, en una zona donde en verano y en los periodos de sequía los manantiales de los que se abastecen ya sufren.
«Además, tendremos que lidiar con polvo, ruido e incluso transporte pesado pasando por el centro del pueblo», aventuran en su petición de apoyo virtual, que se puede firmar en la plataforma change.org.
La inclusión de este territorio en la Re Natura 2000 y en su declaración como Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) supone unas limitaciones a las prácticas agrícolas y ha motivado el no a varios proyectos de instalación de parques eólicos, en una zona golosa para las compañías energéticas por su altura (unos 1.100 metros). Por eso, desde la asociación no entienden que ahora se pueda poner en peligro toda esta riqueza natural, que ha sido reconocida con su inclusión en el Corredor Biológico Mundial, que preside Jorge Extramiana.
El proyecto de Villanueva de Puerta se encuentra más avanzado, pendiente de la declaración de impacto ambiental. Comparten promotor y espacio natural, por lo que desde Los Valcárceres les han propuesto unirse a la causa. Entre ambos no suman ni 50 residentes durante todo el año, pero creen firmemente en la necesidad de proteger la biodiversidad de su tierra natal, que en los años 50 era la casa de más de 800 personas.