José Menor cumplió el domingo «un sueño», debutar con el Burgos CF en el fútbol profesional. Saltó al césped de El Alcoraz en el minuto 81, cuando el conjunto blanquinegro perdía 2-0 y buscaba a la desesperada recortar distancias. «Estuve toda la semana sin pegar ojo porque cada vez que me dormía me despertaba y empezaba a pensar qué podía significar meter un gol en Segunda, si iba a tener posibilidades, cómo lo iba a celebrar. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas y estaba como un niño ilusionado», explica el jugador de Briviesca con una sonrisa perenne en su rostro.
Habla sobre todo de ese «orgullo» de poder jugar unos minutos en el fútbol profesional, con la zamarra blanquinegra y con sus familiares, su novia y sus amigos en la grada. «Hasta el Ayuntamiento de Briviesca me ha mandado una felicitación. Ha sido un boom total», señala el joven futbolista de 21 años.
Supo en el inicio de la semana que estaría en dinámica de primer equipo, aunque lo que aún no era seguro es que entrara en la convocatoria. «Me lo confirmó Albístegui el jueves», señala el protagonista.
Aunque fue en la banda de El Alcoraz cuando vivió un momento que no puede describir con palabras. Se le amontonaron los sentimientos cuando Jon Pérez 'Bolo' le dijo a su preparador físico que los elegidos para saltar al campo eran Saúl del Cerro y José Menor.
En las gradas de El Alcoraz estaba su familia, su novia y sus amigos. - Foto: Alberto Rodrigo«Esos primeros segundos fue como que se paraba el mundo. La sensación es inexplicable, porque empiezas a ser consciente de que puedes entrar a jugar un partido de fútbol profesional cuando el año pasado estabas en Regional. Ni me imaginaba que podía llegar a competir en este tipo de partidos», comenta Menor.
Acabó «triste» por la dura derrota que encajó el equipo, aunque también «con una ilusión muy grande». «Los compañeros, Bolo o Michu me felicitaron por debutar. Acabas con esa sensación de derrota, pero motivado de cara al siguiente desafío», explica.
Asegura que le dio tiempo «a disfrutar» e intentó dar el cien por cien en cada acción en la que le tocó participar. «Traté de aportar todo lo que pude. Nada más salir quería hacer muchas cosas. En cada balón lo intenté», expone.
Su apuesta seguirá siendo la misma en lo que resta de temporada, trabajar en el filial para ganarse otra oportunidad. Una vez que lo ha probado le gustaría tener esa misma opción, pero en casa. «Poder jugar en El Plantío sería una locura. Sería el mayor orgullo que se puede sentir (...)».
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