El pasado lunes 5 de enero Miguel Pérez Michu, director deportivo del Burgos CF, explicó públicamente lo sucedido en el mercado de invierno, aunque esa comparecencia fue mucho más allá de las dos incorporaciones y dos salidas que hubo en la plantilla blanquinegra en el mes de enero. El asturiano dejó su continuidad en el aire y habló de desgaste y de tomarse un descanso, así como señaló que desconocía el proyecto deportivo de la nueva propiedad.
Sus palabras hicieron saltar las alarmas en el entorno del club blanquinegro. Las reacciones fueron inmediatas e incluso la Federación de Peñas, la Asociación de Pequeños Accionistas y La Hinchada del Arlanzón hicieron público al día siguiente un comunicado en el que ensalzaron la labor de Michu al frente del área deportiva del Burgos, así como pidieron a la afición que mostrase su cariño al director deportivo tanto en las redes sociales con el hastag #SomosMichu como en el campo, donde está previsto que en el minuto nueve de partido la grada cante su nombre y le ovacione.
La masa social del Burgos CF lo tiene claro y ve en la figura del asturiano uno de los pilares de este nuevo Burgos CF. Cinco de la peñas blanquinegras -Frente Kolocón, La Kuadrilla, Santa Mónica, Hijos del Frío y Peña Medina de Pomar- muestran su incondicional apoyo tanto a Michu como a todos los miembros de su dirección deportiva. «No me parece exagerado decir que si no fuera por él no estaríamos donde estamos», señala uno de los miembros del Frente Kolocón, mientras que otros se refieren a él como «el arquitecto» y destacan que la enorme confianza que genera todo lo que hace.
Precisamente es el sentimiento contrario es el que produce Marcelo Figoli y su grupo, nuevos propietarios del Burgos, cuya llegada sigue generando dudas entre las peñas y los pequeños accionistas. No obstante, todos tienen claro que primero deben dejarle trabajar para observar con atención sus movimientos. Aseguran en la peña Santa Mónica que están «alerta», mientras que la petición de la Hinchada del Arlanzón es que su gestión tenga en cuenta «el carácter social del Burgos CF».
El entorno se muestra expectante y desde La Kuadrilla se recuerda que la entidad blanquinegra es desde hace tiempo una SAD, por lo que los aficionados pueden tener «una opinión que se nos puede tener en mayor o menor consideración, pero en ningún caso podemos tomar decisiones».
Algunos se acuerdan de Caselli y confían en que no se repitan «antiguos errores» mientras que la asociación de pequeños accionistas recuerdan que «todo lo nuevo genera siempre una preocupación». De lo que si hablan es de la falta de transparencia y de información del proceso de venta, al igual que hace la Peña Medina de Pomar, aunque en este caso miran al Grupo Yukon y no a Figoli.
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