San Pantaleón vuelve a tener ermita

D.ORBAIZ / Villalba de Duero
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Gracias a una iniciativa voluntaria, los vecinos de Villalba de Duero han recuperado el lugar que destruyeron las tropas napoleónicas dos siglos atrás y que había caído en el olvido

El 27 de julio de 2023, festividad de San Pantaleón, los vecinos se reunieron para presenciar la colocación de la primera piedra. - Foto: DB

Desde que fuera arrasada por invasores franceses hace aproximadamente 200 años, San Pantelón estaba sin ermita en Villalba. Algo a lo que los vecinos decidieron ponerle remedio hace un año. «Esto era una escombrera y decidimos limpiarlo, ponerle una cruz nueva y unas barandillas para hacer un mirador y ya decidimos construir una ermita nueva», cuenta Alberto Rasero, el alcalde. En total, un grupo de unos 15 voluntarios llevan un año inmersos en el proyecto: las acometidas de agua y luz, unas mesas para merendar y un pequeño bar, además de la capilla, claro. «Todo por el santo», defiende Miguel Ángel, uno de los colaboradores.

Cuentan las crónicas que en algún momento de la Guerra de Independencia contra los franceses, que duró de 1808 a a 1814, el pequeño templo fue arrasado y quemado por la Grand Armée. Por suerte, los vecinos del pueblo llegaron a tiempo para salvar de las llamas la imagen del santo, que desde entonces está resguardado en la Iglesia. Como si el espíritu de Juan Martín Díez, el Empecinado, y de otros guerrilleros que dio esta brava tierra les hubiera poseído, el 27 de julio del año pasado, día de San Pantaleón, los vecinos colocaron una nueva cruz y emprendieron el proyecto. Todavía quedan dos semanas para acabar: «Tenemos que colocar las ventanas y vidrieras, la puerta y una imagen serigrafiada del titular en la pared del altar», apunta el alcalde villalbino. 

El sábado 27 se llevará a cabo la inauguración y han preparado un festival en honor al protagonista. Por la mañana se celebrará una misa para consagrar el edificio, seguida de un vermut y una paella popular. Y desde las 18 horas, los asistentes podrán disfrutar de un total de ocho conciertos, como el de Ainhoa Gelado (18 h.) o el de Histeria a medianoche, además de actividades infantiles a lo largo de la tarde y posterior fiesta con dj.

«La construcción ha sido voluntaria y por amor al arte», recuerda Claudio Cristóbal, otro de los trabajadores. «Lo más duro ha sido traer el agua. Aunque el depósito esté a pocos metros, tuvimos que picar de tal manera que parecía que se nos iba la vida», sostiene con orgullo otro colaborador. «Las piedras las hemos buscado por la zona, la mano de obra ha sido gratis, las partes metálicas, cortesía de un artista de la forja del pueblo, y el director de obra, César, el único albañil de la cuadrilla que nos hemos aquí juntado», confiesa Rasero. No obstante, lo más bonito de esta reconstrucción ha sido el sentimiento de unión que se ha generado en la localidad, confirman todos los que han ayudado a la iniciativa. «En la obra hemos estado unos 15 hombres, pero las mujeres también han trabajado con el almuerzo, por ejemplo», precisan. Y es que, los voluntarios llevan ya muchos meses subiendo casi todos los domingos por la mañana para continuar con la obra. «Y comer en hermandad después, claro», confirman en tono distendido.

«La gente mayor está un poco más agradecida con la iniciativa porque recuerdan su juventud, cuando todavía se hacían rogativas y subían a rezar a la antigua cruz, que estaba destrozada», desvela Cristóbal. «Pero en la obra se han juntado veteranos de más de sesenta años con chavales que no llegaban casi a los treinta, por eso hablamos de ese sentimiento de unión y pertenencia», constata el alcalde Rasero.

médico y mártir. San Pantaleón nació en el año 275 y murió en el 305 en la antigua ciudad de Anatolia, actual Turquía. Médico de profesión, se convirtió al cristianismo y fue bautizado. Famoso por curar a la gente sin cobrar a cambio, fue perseguido y martirizado. Al final, fue decapitado, pero cuando lo hicieron de su cuello brotó leche en vez de sangre. Poco tardó en propagarse su culto.

Las fuentes más antiguas que acreditan su culto en Villalba de Duero datan de 1546. Se trata de unas ordenanzas de la Cofradía de San Miguel en las que se referencia la existencia de una capilla. En 1730, el Papa Benedicto XIII dictó indulgencia durante siete años para todos aquellos que visitasen la ermita el 26 y 27 de julio y participasen en los oficios religiosos y realizasen alguna ofrenda. 

Desde su destrucción en plena invasión francesa, sólo se conservaba una cruz, que se cambiaba cada varias décadas debido a su deterioro y el recuerdo, cada vez más desdibujado, en la memoria de los más mayores. Pero el águila imperial volvió a vencer al general Napoleón y la ermita y San Pantaleón volverán a ser honrados en Villalba como merecen gracias a la voluntad de los vecinos.