La localidad deshabitada de Valdearnedo «no está a la venta», confirman algunos de los propietarios de las viviendas en ruina y sus terrenos. La inmobiliaria Aldeas Abandonadas publicó en verano un anuncio en exclusiva -que todavía se puede leer- en el que informaba sobre las condiciones de la oferta económica. 400.000 euros por «50 viviendas de un pueblo abandonado situado en una zona tranquila y en plena naturaleza con buen acceso». También dejó claro a los interesados que existen «fincas opcionales» y  se pueden adquirir «más terrenos anejos».

Sin embargo, los portavoces de dos familias procedentes de Melgosa que conservan propiedades aclaran a Diario de Burgos que «ni la inmobiliaria ni ninguna otra empresa ni particular» ha contactado con ellos para gestionar la venta. El hijo de uno de los dueños (ya fallecido) niega que dicho portal llamara a ningún miembro de su familia antes de publicar la oferta. Prefiere mantener su identidad en anonimato, pero aclara que «no queda ni una sola construcción en pie y que las calles Real y Encimera, al igual que el resto, apenas son visibles, ya que la vegetación las invade por completo». Su progenitor tenía en propiedad «una vivienda, un corral y una cochera» de las cuales «no quedan ni las piedras» porque se las llevaron. Los hijos «todavía no han aceptado la herencia» según los datos a los que ha tenido acceso este medio. 

A pesar de que por «confidencialidad» no se detalla en el anuncio el nombre de la localidad, aquellos que conocen la comarca burebana fueron capaces de identificarla rápidamente por las fotografías que acompañan al texto. Entre los requisitos para adquirir el pueblo en toda su totalidad se especifica que la oferta es exclusiva para «clientes con capacidad económica» que deberán «firmar un NDA (acuerdo de confidencialidad)». 

Respecto al precio de venta, los propietarios aseguran que «no tiene ningún sentido porque no lo vale. Son solo ruinas, en algunos casos restos derribados, y nadie pagaría una cantidad tan desmedida para comprar un pueblo de estas características». La hija de un segundo dueño desconoce el número de edificaciones que se encuentran a nombre de su padre porque en su día «compraban las fincas y las viviendas estaban incluidas en el lote».  Al igual que el portavoz de la otra familia, desmiente que Aldeas Abandonadas mantuviera «algún tipo de contacto» con ellos ni «tampoco consultado si están dispuestos a desprenderse» de sus terrenos. «Tenemos constancia de que al menos hay una persona de Quintanarruz que también posee propiedades», informan.

En Valdearnedo no había electricidad y los vecinos acabaron por marcharse a otros lugares y comenzar una nueva vida. «Estas personas pusieron a la venta las fincas y casas, pero como a los agricultores de la zona solo les interesaban los terrenos para sembrar, se desprendieron en lote de ambos bienes», exponen. En 1982 abandonó su hogar el último vecino, Valeriano, tras la falta de servicios tan básicos, como la electricidad y el agua. Este periódico ha intentado en varias ocasiones sin éxito contactar con la inmobiliaria.