Las áreas de caravanas 'roban' viajeros a los cámpings

S.F.L. / Burgos
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Las instalaciones de Monasterio de Rodilla y Busto pierden clientes de paso que pernoctan en zonas gratuitas, pero registran más usuarios de larga estancia. En las de Frías solo queda una parcela libre

Las áreas de caravanas ‘roban’ viajeros a los cámpings - Foto: Imagen del cámping de Busto de Bureba.

Los cámpings de la Bureba cierran la campaña de verano con una buena cifra de usuarios nacionales pero se despiden de un porcentaje elevado de turistas extranjeros de paso que viajan con la casa a cuestas. El incremento de la construcción de áreas de caravanas en la provincia repercute en que este grupo opte por estacionar en ellas -ya que la mayoría son de uso gratuito- en vez de pernoctar en espacios protegidos que requieren un coste. Los propietarios de Picón del Conde, en Monasterio de Rodilla, mantienen su clientela «con cifras similares a las de 2023 atraída, en parte, por el parque acuáticos», mientras que desde Puerta de los Montes Obarenes, en Busto de Bureba, han registrado un «repunte».

Las caravanas y furgonetas han dado el relevo a los 60 módulos instalados de continuo en la localidad más próxima a Burgos, en los cuales habitan durante los meses de verano, fines de semana y vacaciones en torno a «150 personas», informan los propietarios. Antes de  la pandemia, el porcentaje de jubilados procedentes de países europeos era elevada y durante todo el año utilizaban los servicios del cámping. Ahora, las condiciones han cambiado y las personas de mayor edad viajan más en avión y no tanto en carretera. Las familias jóvenes economizan sus viajes y muchas eligen medios de transporte y servicios más baratos o gratuitos», añaden.

Ricardo gestiona el complejo de la localidad bustana y se muestra entusiasmado por el balance de la época estival. «El número de clientes ha crecido considerablemente respecto al año pasado y el cartel de completo lo hemos colgado en más ocasiones», declara a este periódico. Sin bien, le ha llamado la atención que, a pesar de que ha recibido a turistas foráneos, cree que «no a tantos como antes».

La corporación municipal ha aprovechado durante los últimos años el auge del turismo de naturaleza con una zona deportiva que nada tiene que envidiar a la de una ciudad. Al campo de fútbol se unió la pista de fútbol sala, calistenia, voley playa y unas piscinas totalmente acondicionadas. Asimismo, había planteado un proyecto para ampliar el espacio y acondicionar un segundo área para uso exclusivo de autocaravanas y furgonetas. Finalmente, el proyecto se incluyó en el Plan de Turismo Sostenible en Destino Garoña que desarrollará la Diputación. La ejecución de un área de autocaravanas junto al acceso del cámping es una realidad y el contrato de las obras salió a licitación por 60.732 euros. «Los servicios con los que contamos son los que son para los usuarios que acampan o estacionan sus vehículos camperizados en las 25 parcelas. Desconozco cómo se gestionará dicho área y si los viajeros podrán utilizar nuestros servicios», comenta el administrador.

La excepción. El cámping Ciudad de Frías, por contra, sí ha gozado de una clientela extranjera que viaja con sus vehículos, a diferencia de otras anualidades. Los motivos los tiene claros Raúl Urruchi, el empresario que apostó por devolver al municipio lo que una riada en el 2015 le arrebató. «El área de autocaravanas lleva en obras desde antes de verano y no hay otros espacios habilitados ni aquí ni en Tobera para estacionar durante días esos vehículos, por lo que los que no se van a pernoctar a Oña u otras localidades cercanas se quedan aquí», declara.

El verano ha sido de récord y antes de ayer se vendieron dos de las tres últimas parcelas del espacio que quedaban libres. La ampliación de la zona de acampada y de terreno adecuado para instalar más módulos tendrá que esperar «como mínimo un año», y la venta directa de bungalows por parte de varias empresas continuará.