Una parte muy importante del trabajo diario de los Bomberos de Burgos está centrado en los rescates en domicilios. Y eso que el pasado año cambió el protocolo de asistencia, de manera que es la Policía Nacional la primera que debe personarse y sólo requerirles en caso de que sea necesario. La memoria que se presentará en unos días reflejará un descenso de intervenciones de este tipo, pero la tendencia de la última década es claramente alcista. Tanto, que en 2022 se llegó a batir el récord histórico con casi una salida al día.
El perfil de personas atendidas por este tipo de intervención es, según explica el jefe del parque de Bomberos de la capital, Miguel Ángel Extremo, principalmente, mayor de 70 años. Incluso por encima de los 80. Hay más mujeres que hombres porque «suelen ser quienes se quedan viudas antes» y, por tanto, residen solas en sus domicilios. En muchas ocasiones no solo acuden una vez, sino varias. «A veces encadenamos cuatro o cinco asistencias en cuestión de un mes o una semana», indica. Es en ese momento cuando dan aviso a los servicios sociales para que intervengan.
El perfil de persona a la que atendemos en domicilio es mujeres de más de 70 años. La tendencia es que las actuaciones vayan a más»Miguel Ángel Extremo, jefe de Bomberos
Se pone en marcha, en ese momento, la maquinaria que muchas veces desemboca en un internamiento que no siempre es voluntario. De ahí que la intervención de la Fiscalía y de los juzgados en casos de personas que viven en soledad sea cada vez más frecuente. Y la situación, tienen claro todas las instituciones, va a ir a más. «La percepción es que cada vez hay más personas, principalmente mujeres, que viven solas», sostiene Extremo.
Las situaciones que más se encuentran los Bomberos en sus intervenciones son las caídas. No tienen por qué tener una situación extremadamente vulnerable, matiza el jefe del parque, sino que está motivada por la edad. También se han dado casos de descuidos, principalmente sartenes olvidadas en el fuego, pero desde el servicio de extinción advierten que estos episodios se dan en todas las franjas de edades, no sólo en mayores.
Hay veces en las que tenemos que acudir tres o cuatro veces en una semana. Es entonces cuando avisamos a los servicios sociales»
Los casos más complicados son los que tienen que ver con el síndrome de Diógenes. Personas que viven en una situación crítica de salubridad y que les obligan a llamar inmediatamente a los servicios sociales para que se hagan cargo de ellas. Cabe recordar que la mayoría de estos casos terminan en la Fiscalía, quien estudia pormenorizadamente en colaboración con los juzgados la situación concreta para saber si es necesario su ingreso forzoso por situación de discapacidad.
Según explica la fiscal delegada en la materia, María Ángeles Benito, se suele «escuchar mucho a la persona en concreto, individualizar el caso porque en ocasiones se acuerda que no es necesario su internamiento, sino simplemente puede bastar con una asistencia».