«Una crónica extendida a lo largo de cuatro décadas en las que el terror yihadista afectó a nuestro país, y, de la manera más cruel, a las 300 personas, hombres, mujeres y niños». Así definen la periodista burgalesa Chelo Aparicio y la también periodista Ana Aizpiri la monumental y exhaustiva indagación que han realizado en Las víctimas de la Yihad (Editorial Espasa), un libro que analiza y desmenuza el impacto del terrorismo islamista tanto en España como el registrado contra españoles en el extranjero. La obra, que ha contado con la iniciativa y el apoyo del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, pone de manifiesto que el yihadismo no se cebó con España exclusivamente aquel infausto 11 de marzo de hace ahora 20 años, sino que ha estado presente desde la mitad de la década de los años 80 y tiene su origen en el terrorismo patrocinado por las autoridades de Irán después de que en este país se instaurase, en 1979, un régimen basado en el fundamentalismo chií.
«Un total de 300 personas han perdido la vida como consecuencia de atentados yihadistas cometidos en nuestro país o contra españoles en el extranjero. De todos ellos, el más brutal fue el del 11-M en Madrid. Justo ese día, la Audiencia Nacional estaba a punto de juzgar a 24 individuos por pertenecer a una célula de Al Qaeda en España. Puede parecer una casualidad, pero lo cierto es que en 1994 esta organización terrorista, responsable de los atentados del 11-S en Nueva York y Washington, había establecido una importante base en territorio español, la principal de Europa», escriben Aparicio y Azpiri.
Es el suyo un libro de memoria en el que las autoras han trazado una semblanza de las víctimas a partir de las manifestaciones de familiares y amigos. «Son retratos inconclusos, como lo fueron sus vidas: hombres, mujeres y niños, jóvenes que perseguían sus sueños, personas que llegaron de tierras lejanas e imaginaron un futuro mejor. La pérdida de todas ellas supone un daño incalculable para nuestra sociedad».Así, el libro aspira a que el recuerdo de todas esas víctimas «trascienda el ámbito privado, contribuyendo así a generar una memoria social contra la barbarie».
Las autoras dividen el libro en cuatro fases diferenciadas del terrorismo islamista: la que va de mediados de los años 80 hasta el 11 de septiembre de 2001, en la que se perpetraron atentados con víctimas mortales españolas, caso de los burgaleses María Caridad Álvarez Martín, religiosa de 61 años asesinada en Argel en 1994, y Edelmiro Abad, de 54, que perdió la vida en el ataque a los Torres Gemelas de Nueva York en septiembre de 2001.
La segunda fase es la que va del 11-M (donde fue asesinada la burgalesa Julia Moral García, de 53 años) hasta el año 2011. También murió la turista burgalesa María Teresa Pérez Ubago, en Yemen (2007). La tercera es la que va del año 2012 a 2017, año este último en el que se produjeron los atentados en Barcelona y en Cambrils. La cuarta fase, entre los años 2020 y 2023, que en España y en otros países europeos se ha venido manifestando sobre todo con atentados perpetrados por los llamados 'actores solitarios'.
Todos los muertos. En conjunto, subrayan las autoras de esta ardua investigación, tanto el viejo terrorismo islamista como el nuevo terrorismo yihadista han causado 232 víctimas mortales dentro del territorio español, tres cuartas partes de ella con nacionalidad española, y nueve de cada diez en la Comunidad de Madrid; y otras 68 de españoles en el exterior, seis de cada diez en Afganistán, Irak yYemen. Cifras crueles -a las que cabe añadir los miles de heridos y de afectados psicológicamente- que las autoras de este libro han personalizado al tiempo que situado en su contexto los atentados que dieron lugar a tanto daño y dolor. Una iniciativa encomiable del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo (CMVT) realizada «con calidad y calidez. Una obra que abre los ojos -y sobrecoge- ante tantas vidas rotas, dentro y fuera de España, como consecuencia de actos del terrorismo islamista y yihadista».