Miranda no ha salvado el golpe. El domingo entrará dentro de un confinamiento en el que solo se podrá salir y entrar de la ciudad con justificación. La Junta de Castilla y León endureció las medidas para frenar el coronavirus que ha crecido de una manera «general», explican en la Consejería, donde no apuntan a ningún colectivo ni sector para justificar la escalada. Así ha llegado un confinamiento anunciado y seguramente por esto a nadie le sorprendió. Las prohibiciones se extenderán al menos durante catorce días, por lo que si este plazo no se amplía, durarán hasta 10 de octubre. Ayuntamiento, Diputación, empresarios, comerciantes, hosteleros y sindicatos entienden que la salud manda, pero todos recalcan que la ciudad tiene que prepararse para el golpe económico que vendrá detrás.
«Entiendo perfectamente estas medidas porque la situación es preocupante», afirma la alcaldesa Aitana Hernando. El concejal de Seguridad Ciudadana, Pablo Gómez, remarca que la circulación por la ciudad se mantendrá, aunque aclara que la Policía Local, Nacional y la Guardia Civil vigilaran las entradas y salidas. Por el momento, el Ayuntamiento no cerrará más espacios públicos como el Polideportivo o el Apolo, que seguirán activos por el momento.
La Diputación de Burgos también se posicionó de una manera similar a la del Ayuntamiento. Su presidente César Rico desea que las medidas «tengan éxito» aunque reconoce que pueden ser «duras para las personas». En su caso, añade que «tenemos una responsabilidad personal», por lo que sin el respaldo de la población «va a ser difícil frenar el aumento de contagios».
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