El Burgos Club de Fútbol regresa a casa, a su estadio. Y lo hace para curarse las heridas de un derbi decepcionante en el que encajó una dura derrota. Quiere revancha y la quiere con el apoyo de su público. Pero no lo tendrá fácil porque llega el líder, un Leganés sorprendente, que se ha convertido en la revelación de la temporada, con seis victorias en ocho encuentros y unas estadísticas que asustan. Pero también han pasado por El Plantío rivales de la talla del Eibar, Real Oviedo y Elche y se han marchado de vacío.
El Burgos CF de Jon Pérez Bolo tiene dos caras y son tan diferentes que resulta casi imposible razonar las causas. La buena está en su campo, con su gente. Ahí, en el Municipal, se muestra como un equipo sólido, brillante y eficaz. Solo ha recibido un gol y ha marcado siete, sumando los diez puntos que ahora mismo tiene en su casillero. Pero todo se transforma fuera, donde aún no ha sumado ni un solo punto. La solidez defensiva se convierte en debilidad y el acierto en ataque, en frustración. Así se demostró en Valladolid, con tres clarísimas ocasiones de gol que se desaprovecharon.
Esta realidad está lastrando al conjunto de Jon Pérez Bolo. Todo el mundo destaca su atrevimiento, su carácter ofensivo y su verticalidad para buscar la portería contraria. Pero, en ocasiones, se olvida el trabajo colectivo en defensa, la solidaridad que acaba por dejar demasiadas ocasiones para los rivales, con diez goles encajados en cuatro desplazamientos.
Es cierto que las principales bajas por lesión han llegado hasta ahora en defensa y jugadores claves como Grego Sierra y Unai Elgezabal no han participado todo lo que estaba previsto. Pero también lo es que con los mimbres que hay ahora mismo se puede trasladar las virtudes mostradas en El Plantío a los partidos lejos de Burgos.
Para la cita de esta noche solo hay una baja confirmada, la de Grego Sierra, por lo que Bolo tendrá múltiples variantes. En Valladolid introdujo cambios respecto al equipo que ganó al Elche. Regresó Matos al lateral izquierdo, Appin fue titular en lugar de Mumo, Espiau fue el único punta y Bermejo y Ander Martín ocuparon las bandas.
La lógica, sin embargo, parece indicar que el entrenador del Burgos podría regresar al once que superó al Elche, aunque en aquella cita precisamente una de las claves fueron los cambios que introdujo durante el partido.
Raúl Navarro, por ejemplo, estuvo perfecto en el lateral izquierdo; Mumo parece imprescindible para organizar el centro del campo y Dani Ojeda y Curro serían las dos bandas, con Fer Niño y Edu Espiau en punta.
En defensa, sin embargo, Unai Elgezabal cumplirá su segunda convocatoria. Parece recuperado y es posible su regreso al once en el centro de la zaga, quizás en el puesto de Esteban Saveljich, que entró en el equipo poco después de llegar por las bajas que sufrió el Burgos en defensa.
Pero más allá de los nombres, la clave estará en el juego colectivo, en la ambición que muestra este equipo ante su gente, el efecto Plantío.