Constantia Flexibles celebra sus 75 años en Burgos

G. ARCE / Burgos
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De la mano de varias generaciones de trabajadores, el fabricante de embalajes flexibles se gestó y maduró en La Cellophane, sorteó su desaparición y hoy, en Villalonquéjar, lidera el mercado mundial. Muchos la siguen diciendo Tobepal, Manpac o Amcor

Foto de familia de parte de la actual plantilla encabezada por directivos actuales y ya jubilados. - Foto: Patricia González

Hoy toca felicitar a varias generaciones de trabajadores burgaleses. Algunos ya no están entre nosotros, otros disfrutan de una merecida jubilación y 250 siguen escribiendo jornada a jornada una historia industrial que cumple 75 años. Constantia Flexibles está de celebración por lo que es, una multinacional líder en la fabricación de embalajes flexibles, y por lo que fue, una de las actividades estratégicas de La Cellophane Española, inaugurada por Franco en Las Huelgas en plena posguerra, el 29 de julio de 1949.

Las modernas instalaciones de Constantia Flexibles en Villalonquéjar atesoran una historia industrial compleja, cargada de grandes desafíos y en la que, analizada con la perspectiva de los años, han sido claves el saber hacer, la calidad profesional y el compromiso de los trabajadores que la protagonizan y la ubicación estratégica de Burgos, que ha hecho valer todas y cada una de las inversiones realizadas.

En esta conclusión coinciden los tres directivos que representan y visualizan estos 75 años de actividad: Ángel Zamarriego, el que fuera director de La Cellophane hasta su cierre, en 2001; Daniel Calvo, que dirigió el traslado y la consolidación de la actividad en la nueva planta de Villalonquéjar hasta 2013; y Agustín Sagredo, director de Constantia Flexibles desde 2018, burgalés que está al frente de las  plantas españolas (Burgos y Logroño) de la multinacional austriaca.

El origen de esta historia industrial se enmarca en el contexto social y económico de la posguerra, en el afán de la ciudad por dar el salto definitivo a la modernidad y la industrialización. Todo parte de la sociedad creada por Papelera Española y la belga Societé Industrielle de la Cellulose (Sidac), que aportó la tecnología para fabricar el producto más emblemático de esta industria: el papel 'celofán'.

En la planta de Las Huelgas no solo se producía el mítico papel plástico del pasado siglo, sino que también se transformó en diferentes embalajes flexibles, con sus procesos de impresión, laminación y metalización, destinados al sector de la alimentación (y a las cajetillas de tabaco). Es más, ambas actividades (fabricación y transformación) compartieron espacio durante toda la vida de La Cellophane, aunque terminaron por escindirse en dos sociedades cuando la multinacional UCB se hizo con la propiedad del complejo tras la salida de Papelera Española. Así nacieron UCB Film y UCB Packaging.

(Más información y fotografías, en la edición impresa de este lunes de Diario de Burgos o aquí)