A nadie se le escapa que Fer Niño es uno de los jugadores con más talento de la plantilla del Burgos CF. No se disputan casi medio centenar de partidos en Primera División por casualidad. La grada de El Plantío, que ha visto mucho fútbol, es consciente del potencial del delantero blanquinegro y por eso le aprieta las tuercas de vez en cuando. Le exigen esfuerzo, sacrificio y goles, sobre todo goles, pero esta temporada la falta de puntería está siendo su quebradero de cabeza. Casi su obsesión. Solo dos dianas en lo que va de liga no son suficientes para un atacante de su nivel y él mismo hace autocrítica en una charla con Diario de Burgos, en la que habla de los buenos y malos momentos y repasa la actualidad del club.
¿Cómo llega el equipo a este inicio de año?
Bien, el vestuario está mucho mejor a nivel anímico. Empezamos muy bien la temporada, pero luego el equipo se partió un poco y las derrotas se hicieron muy duras. Ahora parece que otra vez volvemos poco a poco a nuestro nivel.
Han vuelto al trabajo con algunos jugadores que van a salir y otros que llegarán, ¿cómo se vive el mercado de fichajes desde dentro?
Yo no hago caso hasta que no lo anuncian de forma oficial. Luego, preguntas de dónde viene y por el jugador, pero todo lo que sea sumar, bienvenido sea.
¿Le preocupa que la dirección deportiva fiche a un delantero?
Para nada. El fútbol de élite es competencia y cuanta más competencia tienes, más sueles rendir y más te tienes que exigir.
Y en cuanto a las salidas, se habla del interés del Getafe por Álex Sancris, ¿cómo ve su posible adiós?
Sancris es muy amigo mío. Acabamos de estar de vacaciones en Londres en Navidad y sería una pena que se fuera. No sé cómo está el tema y tampoco le he querido preguntar porque es personal, pero tanto para mí como para el club sería una pena; es uno de nuestros máximos exponentes. Sin embargo, nuestro sueño desde que empezamos a tocar balón de pequeños es jugar en Primera y me alegraré con lo que sea mejor para él.
Empezaron muy bien el curso y se hablaba del Burgos CF como candidato al play off, ¿lo veía como algo realista o fue un espejismo?
Sí, era realista y el año pasado estuvimos a punto de lograrlo. Por circunstancias no llegamos, pero comenzamos esta temporada con mucha ilusión. Me veía con posibilidades de tocar esa meta, pero ganas tres partidos y estás arriba y pierdes cuatro y te metes abajo. Nos desinflamos y ahora toca volver a coger ritmo para subir para arriba otra vez.
¿Dónde cree que debe estar el Burgos CF al final de la temporada?
Para mí, mucho más arriba de lo que se está ahora. Somos un grupo espectacular y lo que hay dentro es increíble. Yo no he estado en un grupo tan bueno como este o como el del año pasado.
¿Echa de menos a algún peso pesado del vestuario de la campaña anterior?
Sí, claro, pero más que nada en lo personal. Yo con Unai (Elgezabal), Matos y Churripi (Caro) éramos una piña espectacular, pero la gente que ha llegado los ha suplido muy bien y creo que no se ha notado.
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Bolo y Ramis han hablado siempre de problemas en las áreas. En cuanto al gol, que es lo que le afecta, ¿se siente decepcionado con sus números?
Sí, sí. Los delanteros vivimos del gol para lo bueno y para lo malo. Cuando metes muchos goles, eres el mejor del mundo y, cuando no metes ni uno... Para mí son rachas. Si metes dos o tres goles te salen las cosas solas, te caen los balones, estás en el sitio... Yo sí que es verdad que lo he pagado bastante caro, mentalmente he estado casi hundido en un tramo de la temporada, pero ahora estoy cogiendo sensaciones otra vez y la segunda vuelta va a cambiar todo mucho.
¿Hay mucho de cabeza en eso de acertar de cara a portería?
En mi caso, sí. No quieres, pero al final te obsesionas con tener que meter gol o tener que jugar bien para meter gol y eso es un error que he tenido. He trabajado mucho con el psicólogo y creo que estoy mejorando mucho en ello. Me ha ayudado muchísimo.
Habla de un psicólogo, ¿es una figura que le ha acompañado a lo largo de su carrera o ha recurrido a él por la situación vivida esta temporada?
No, no, no. Siempre me ha ido más o menos bien y no había ido al psicólogo hasta hace dos o tres meses porque no me iban las cosas bien. Estaba un poco triste y no sabía por qué. Eso se plasmó en el campo. No era desgana, era como querer estar en mi casa todo el día metido y no querer salir a la calle. Al final, encontré un psicólogo y me ha ayudado muchísimo.
(La entrevista completa, en la edición impresa de este sábado de Diario de Burgos o aquí)