Levantar cada día la persiana de una ciudad exige un gran esfuerzo a las administraciones y a los ciudadanos que engrasan esta pesada y compleja maquinaria con sus impuestos. En el caso del Ayuntamiento de Burgos, los gastos para arrancar la ciudad jornada tras jornada se ha incrementado un 20% en la última década debido a la modernización y ampliación de los servicios ofrecidos, sin olvidar otros factores decisivos como es el incremento de las facturas por efecto de la inflación o la actualización de los precios.El coste de la vida, que no deja de subir.

Los 236 millones de euros en el total de gastos fijados en el presupuesto de 2024 incluyen varias revisiones al alza en los costes de los contratos de algunos servicios fundamentales. La administración local invierte un total de 646.000 euros al día para echar a rodar y cubrir el resto de compromisos relacionados con otras facturas o la deuda, lo que supone un coste de 3,7 euros por ciudadano. Hace 10 años el gasto global diario era de 518.000 euros, lo que suponía entonces 2,8 euros por persona cada mañana.

Por centrar el asunto, solo los gastos de personal y los gastos corrientes en bienes y servicios exigen a las arcas municipales 55 millones más al año que hace una década. Estos dos epígrafes del presupuesto se 'comen' 3 de cada 4 euros del total previsto para este año, algo ya habitual en las cuentas públicas. Ello supone un total de 182 millones de euros, por los 127 consignados en el ejercicio correspondiente a 2014. 

El resto de la partida de gastos para este año asciende a 54 millones de euros y reserva una inyección fundamental de 36 millones para las inversiones programadas por el equipo de Gobierno a lo largo de un ejercicio que absorbe el impacto de la subida de los contratos públicos.

Es el caso de la recogida, tratamiento y gestión de residuos. La suma de estas tres tareas cuenta con una inyección que asciende a casi 15 millones de euros, lo que supone un desembolso diario de 40.723 euros. Son 5 mil euros más por jornada que hace una década, una diferencia que se replica en mayor o medida en otros servicios al repasar el incremento de los costes presupuestados.

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