No hay tregua para el viñedo de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Los golpes asestados por las heladas primaverales y los impredecibles pedriscos se traducen en indemnizaciones millonarias para los viticultores de la comarca. Concretamente, desde 2016 hasta el momento, Agroseguro ha desembolsado un total de 44.873.273 euros, de los cuales 36,9 millones corresponden a los daños provocados por el hielo y los otros 7,9 millones al perjuicio ocasionado por el granizo.
Pocos rincones de la Ribera del Duero burgalesa se han librado de las inclemencias meteorológicas en la última década. De hecho, la superficie siniestrada acumulada supera las 42.200 hectáreas. Si se analiza campaña por campaña, aparecen tres marcadas en rojo. Se trata de 2017, 2023 y 2024. En el primer caso, un hielo brutal provocó importantes daños en 5.768 hectáreas y conllevó el abono de 12,4 millones de euros a los viticultores asegurados. Tomás Bueno, profesional del campo en la localidad de Zazuar, recuerda que aquella helada fue «salvaje», con temperaturas de siete grados negativos durante varias horas. «Nos pilló a toda la Ribera, fue una catástrofe. No recuperaron ni las viñas jóvenes ni las viejas», lamenta aún hoy.
En 2023, el hielo volvió a azotar de lo lindo a los parajes de la DO y causó daños en 8.365 hectáreas, a las que se suman otras 1.363 más con siniestros por diversas granizadas repentinas. En total, los pagos compensatorios ascendieron a 9,4 millones de euros. Tras este varapalo, en 2024 se han sucedido unos cuantos más, con dos heladas consecutivas los días 23 y 24 de abril y varios pedriscos, que afectaron, entre otros municipios, a La Horra, Roa de Duero o Gumiel de Mercado. Entre unos incidentes y otros, en Agroseguro han afrontado pagos por 11,7 millones de euros tras haber contabilizado 12.828 hectáreas siniestradas.
Otra variable es la cosecha de uva final. En 2017 apenas se llegó a un rendimiento de 2.448 kilos por hectárea (entonces la DO tenía 22.552 hectáreas de viñedo y se vendimiaron 55 millones de kilos). Mientras, en 2024, con una recolección total de 95 millones de kilos y una superficie global de 27.252 hectáreas, el rendimiento ha sido de 3.489 kilos por hectárea, cuando el Consejo Regulador permite 7.000 kilos.
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